RIO DE JANEIRO.- Las etapas brasileñas puntuables para los campeonatos mundiales de Fórmula Uno, IndyCart y Motociclismo están amenazadas por falta de recursos, admitieron hoy sus organizadores.
El Gran Premio de Fórmula Uno, previsto en Sao Paulo para el 1 de abril, puede ser cancelado por deficiencias en las instalaciones del autódromo Interlagos, cuyas reparaciones resultan costosas para el presupuesto municipal.
En el estado de Río de Janeiro, cuya capital tiene el mismo nombre, la prueba puntuable de la IndyCart prevista para el 25 de marzo está en suspenso por la falta de 2,1 millones de dólares.
Un caso similar, pero con diferentes cifras, ha dejado en entredicho la realización en la ciudad carioca del Gran Premio de Motovelocidad, que debe correrse el 4 de noviembre.
El Gran Premio de Fórmula Uno en Brasil quedó en el limbo al anular la Alcaldía de Sao Paulo cuatro licitaciones de reformas urgentes al circuito de Interlagos debido a sus altos valores, en una media de 2,7 millones de dólares.
"De acuerdo con todo lo que es exigido por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), estaríamos gastando mucho más de lo que la entidad exige", explicó la secretaria de Deportes del municipio, Nádia Campeao.
La meta del ayuntamiento es gastar, como máximo, 1,6 millón de reales, que equivalen a unos 800.000 dólares. "Si no descubrimos formas de acometer estas obras, la realización de la carrera será un gran problema. El autódromo no podrá estar como la FIA exige", dijo hoy la funcionaria.
Tamas Rohonyi, representante de la empresa que organiza el Gran Premio de Brasil de Fórmula Uno, se entrevistará este viernes en Londres con el presidente de la FIA, Max Mosley, para, según dijo a periodistas, "tranquilizarlo sobre la postura de la Alcaldía, que está trabajando mucho para la realización de la prueba".
Según Rohonyi, de los 66.000 boletos puestos en venta, el 50 por ciento ya está en poder del público.
El conflicto que afronta la etapa de IndyCart en Río de Janeiro surgió el año pasado, cuando la Championship Auto Racing Team (CART), que organiza la competencia, elevó a 5,3 millones de dólares la tasa exigida a las autoridades cariocas.
El alcalde César Maia dijo estar dispuesto a pagar 1,2 millón de dólares, suma que desembolsó durante su primer mandato, en 1996, cuando se celebró la primera edición de la prueba automovilística.
El lunes pasado, el gobernador de Río de Janeiro, Anthony Garaotinho, anunció al ex piloto Emerson Fittipaldi, que organiza el Gran Premio carioca, una aportación de dos millones de dólares.
Sumados los recursos de la Alcaldía y la Gobernación, el Gran Premio de IndyCart en Río de Janeiro depende de 2,1 millones de dólares. Si el déficit no es cubierto con aportaciones de empresarios, la ciudad de Río de Janeiro, que habitan 5,6 millones de personas, perderá un evento que mueve 30 millones de dólares, reconoció hoy Fittipaldi, campeón mundial de Fórmula Uno en 1972 y 1974, y de la IndyCart en 1993.
La organización del campeonato mundial de velocidad elevó la cesión de sus derechos a tres millones de dólares, pero el alcalde Maia ofrece un millón.
Moacir Galo, organizador de la prueba mundial de Motovelocidad en Brasil, dijo a periodistas que su situación es menos grave si se tiene en cuenta que tendrá tiempo hasta noviembre para captar nuevos patrocinadores.