MIAMI.- Llegó hace cuatro temporadas al número uno del mundo con 16 años, pero la sorprendente y por momentos insultante seguridad que muestra desde entonces la suiza Martina Hingis esconde a una mujer que deja la adolescencia envuelta en problemas más comunes de lo que podría pensarse.
En una entrevista en Miami con la Agencia Alemana de Prensa (DPA), Hingis dejó en claro que a sus 20 años tiene en parte los mismos problemas que cualquier joven de su edad: le gustan demasiado los chocolates, sufre porque le cuesta conseguir novio y no siempre se entiende bien con su madre. La sutil diferencia es que esa madre es además su entrenadora.
"Mucha gente tiene miedo de mí, especialmente los muchachos. Cuando están frente a mí no encuentran las palabras para hablarme", dijo sonriendo, pero con un fondo de amargura, la joven que tampoco pasa por su mejor momento deportivo: no gana un Grand Slam desde enero de 1999, y rivales como las hermanas Williams o Jennifer Capriati se le acercan cada vez más, en una carrera donde su número uno del mundo está amenazado.
¿No se siente una número uno discutida, teniendo en cuenta que no gana un Grand Slam desde enero de 1999?
"Bueno, hay casos de otros jugadores que no ganaron Grand Slams siendo número uno. Agassi en su primera vez, Ríos, Moyá (sic). He ganado Grand Slams anteriormente, y creo que merezco esta posición, el ránking lo demuestra. De lo contrario habría que apelar a otro sistema de clasificación, y tomar en cuenta sólo los Grand Slams".
¿Cuál es el objetivo para lo que resta de temporada?
"Jugar bien en los Grand Slams. Ganar un Grand Slam es siempre bueno, pero teniendo tantas jugadoras buenas no es sencillo. Vencí a Serena Williams las tres últimas veces que jugamos, pero perdí dos muy importantes con Venus en Wimbledon y el US Open antes de ganarle este año en Australia y perder de nuevo en Miami. Venus le pega más fuerte que las otras, pero yo sigo ahí. Con Venus, Serena, Jennifer y Lindsay es más difícil que antes, quizás por eso antes ganaba más Grand Slams. En Tokio jugué un muy buen partido, pero perdí con Lindsay. No es difícil de aceptar, es simplemente así. Con el servicio de Lindsay o de Serena a veces no hay mucho que hacer".
¿No se siente desplazada en la atención del público y la prensa por jugadoras como las hermanas Williams?
"No me siento olvidada, quizás un poco por la prensa, pero no por la gente. La gente me conoce desde hace tiempo y sabe quién soy. Las Williams siempre generaron atención por ser quiénes son; primero porque se pronosticaba que tenían un gran futuro, y ahora por lo que hacen. Nunca tuve problemas con eso, porque siempre fui mejor que ellas, aunque mejoraron en los últimos dos o tres años".
Pero usted está afrontando problemas, hay sacrificios a los que el circuito obliga y que no siempre se mostró muy dispuesta a aceptar.
"No es cuestión de si me gusta o no, son cosas que debes hacer. Me gusta comer, eso se sabe, me gusta comer, y ese es probablemente el mayor problema (ríe). Hay cosas que debo comer, como carbohidratos, pero debo eludir las pastas durante el día, los helados... Y el chocolate, ¡el chocolate es algo que no puedo evitar! Me entra por los ojos. No tomo café, no soy fanática del vino, no soy amante del alcohol. Me gustan más los cócteles con frutas, pero cuando me ve, la gente sabe quién soy, ¡así que no me ofrecen mucho de eso! (ríe)".
Y su relación con su madre-entrenadora no siempre transcurre sobre rieles. ¿Cómo afrontan las diferencias que hay entre ambas?
"Algunos días son mejores que otros. Conversamos mucho, pero es como en cada familia, tenemos desacuerdos, porque uno quiere hacerse su propia imagen y tiene sus ideas de cómo hay que hacer las cosas. Yo sé que he sido criticada, muchas veces por mi madre y por Mario (el actual compañero de su madre) porque estaba haciendo las cosas mal, por no trabajar lo suficiente en mi tenis, pero... A veces quieres tener más privacidad en tu vida, vivir tu vida. Estaba en esa edad en la que quieres ir a fiestas y tener novios, pero finalmente descubrí qué era lo más importante".
Es joven y exitosa. ¿Se siente en la cima del mundo, se siente una persona muy especial en este planeta?
"Mucha gente tiene miedo de mí, especialmente los muchachos, no les es fácil encontrar las palabras para hablarme (ríe). Pero al mismo tiempo, si eres chica y exitosa despiertas el doble de atención en los muchachos, eres como más linda. No es del todo justo para las otras (ríe). Pero por el otro lado, con lo que logré ya a mi edad hay que seguir adelante, y no es fácil encontrar una persona que sea lo suficientemente fuerte para aceptarme y respetarme. Puede ser algo breve, pero si pasa más tiempo no es fácil integrarlo en lo que eres y lo que haces, cómo comportarse...".
Pero ha salido con varios jugadores de tenis. ¿Tienen que ser tenistas, es más fácil para usted?
"Lo básico es que son deportistas. La pasé muy bien la mayoría de las veces. Sucede que no es fácil mantener una relación con alguien si estás de gira todo el tiempo".
¿Aún disfruta viajar?
"¿Viajar...? Sí. A veces amo estar en el avión, porque son seis, ocho, diez horas sólo para mí. Me gusta ir a lugares diferentes. Cuando estoy en casa por un par de semanas comienzo a ponerme nerviosa (ríe). No sé qué pasará cuando deje de jugar, algunos deportistas sufren mucho la falta de competencia, la falta de fama. Si no tienes familia y no eres feliz es muy difícil soportarlo".
¿Roland Garros sigue siendo la gran asignatura pendiente?
"Sí, busco sobre todo ganar allí, pero es un torneo muy físico, nada fácil. Prepararé la temporada de arcilla especialmente, jugaré los torneos previos para incrementar mi confianza: Amelia Island, Charleston, Berlín y Roma. Claro que Roland Garros me interesa, es el primer torneo juvenil que gané, siempre fue especial para mí. He estado en las finales y en semis entre profesionales, espero que alguna vez llegue".
¿Qué cambió en su vida tras la extraña final del 99 ante Graf?
"(Sorprendida) Bueno, nada cambió... Sólo estaba equivocada, fue todo muy emotivo, y perdiendo o ganando fue de todos modos una gran experiencia estar 5-5 en el tercer set de la final del Abierto de Francia. Recuerdo que hice todo para ganar, pero si no se dio no se dio. Por lo menos sé que traté de dar lo mejor de mí. Vi a Agassi ganar ese torneo por primera vez a los 29 años. Y tienes un montón de jugadores que nunca ganaron ese torneo aunque lo intentaran".
Hay rumores sobre dos dóping positivos en el circuito masculino. ¿Es el dóping un tema que le preocupa? ¿Se hacen bien las cosas en el tenis?
"No he escuchado sobre dóping ahora, pero recuerdo los casos de Novacek, Wilander, Korda... Creo que se debería ser más estricto que ahora, donde sólo se hacen pruebas regulares en los Grand Slams. Estamos en 2001 y creo que deberíamos imitar al atletismo, que hace pruebas todo el tiempo. Vivo en Suiza, casi a la vuelta de la esquina del Comité Olímpico Internacional, y en el último año me habrán hecho diez pruebas, creo que deberían ser más estrictos".
¿Se siente más libre viviendo en Estados Unidos?
"Vivo acá durante parte del año, y es una cultura diferente, hay más libertad, no es como cuando estoy en Australia o en Europa, donde dependo de tanta gente, incluyendo choferes. Acá alquilé un auto, y vine manejando desde Tampa, en otros lados es más difícil hacer eso".
¿Sigue buscando evadirse del tenis haciendo otras cosas, como montar a caballo?
"Claro, sigo haciendo esas cosas, porque no puedo vivir sólo para el tenis. También hay amigos con los que quieres mantener el contacto. Pero por el otro lado... estoy mucho con mi madre. Andamos en bicicleta. No tengo en cambio tiempo para patinar o esquiar".
¿Cómo se imagina tras el retiro del tenis?
"Realmente no lo sé, seguiré mientras pueda manten
