BARCELONA.- Con una revolución técnica, la Fórmula uno inicia una nueva era. La nueva autorización de ayudas electrónicas, con los tan discutidos controles de tracción, tras ocho años de prohibición, lleva de nuevo al futuro al circo de la "clase reina" a partir del Gran Premio de España, que se disputa este fin de semana.
La opinión de los pilotos al respecto es dispar: unos, con Michael Schumacher a la cabeza, la desea con ansiedad; pero otros, como el español Pedro de la Rosa o el alemán Heinz-Harald Frentzen, ponen reparos.
Los reglamentos fueron objeto de controversias hasta el final, pero no se pueden eludir. "Quizás la salida ya no sea tan espectacular. Pero en otros campos, la Fórmula 1 saldrá ganando como por ejemplo en la seguridad", dijo el campeón mundial Schumacher.
De la Rosa prefiere pocas ayudas: "A los pilotos tienen que ponérnoslo díficil". Frentzen teme la supremacía de los ordenadores: "Al fin y al cabo, la salida se limitará para nosotros en apretar un botón y listo".
Si la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) quiso impedir en 1993 que la técnica ganase cada vez más control sobre el deporte del motor, ahora se abre para los ingenieros el camino de la gran libertad. "En el futuro se acelererán más los latidos del corazón de los ingenieros que el de los pilotos cuando se apaguen los semáforos rojos de salida", opinó Frentzen.
A partir de mañana, en los primeros entrenamientos libres en Barcelona podrá utilizarse el software que impide que las ruedas patinen de modo incontrolado. En lugar del sensible pedal de gas, los pilotos pueden confiar en programa de suma complicidad, como controles de tracción, automatismos de salida y cajas de cambio por completo automáticas, que controlan el momento de rotación del motor.
Gracias a la autorización del software terminará sin duda la era de las sospechas, que afectaron ante todo a Ferrari. Con su marcha atrás, la FIA reacciona ante todo al hecho de que en los últimos años apenas eran controlables las finezas de los ingenieros.
"Aceptamos esas cosas aun cuando somos de la opinión de que todo ello no corresponde a la filosofía del deporte del motor. La Fórmula 1 debería seguir siendo una modalidad deportiva de pilotos. Pero si los controles son de tal modo difíciles para la FIA, hay que aceptar la autorización", declaró el jefe de equipo de Ferrari, Jean Todt. A principio de temporada, Ferrari, junto con Jaguar, se había opuesto a un cambio de reglamento.
"Las sospechas son como una nube que se cierne sobre el campo de los pilotos", opinó el jefe de motores de Mercedes, Norbert Haug.
Ralf Schumacher lo formuló de modo más drástico: "Creo que ahora hay igualdad de posibilidades" dijo el ganador de Imola: "Cada uno puede conducir con controles de tracción y el asunto está liquidado. Entonces tendremos de nuevo paz en la Fórmula 1".
Y también más seguridad, según su hermano Michael, "porque a veces se pierde el contol sobre las ruedas cuando llueve". Al mismo tiempo fomenta el arte de conducir porque se puede ir a mayor velocidad.
Rubens Barrichello, compañero de equipo del campéon mundial, no se muestra tan entusiasmado por la novedad como la estrella de Ferrari: "No celebro mucho esa evolución pues les quita de nuevo a los pilotos el control sobre el auto. Por otra parte hemos de preocuparnos menos por otra cosa", comentó el brasileño.
Pese a las novedades, la mayoría de los iniciados opinan que éstas no influirán de modo decisivo en la lucha por el mundial. "No pienso que se trastoque por completo la relación de fuerzas", dijo Haug.
Y Frentzen describe así el desafío: "Por lo menos con pista seca, un perfecto control de tracción equivale quizás de una a dos décimas de segundo. En caso de lluvia la cosa es distinta".