MUNICH.- Los papeles se cambiaron en el court central de Munich. Parecía que el ex número uno del tenis mundial era el desconocido brasileño Flavio Saretta y que el nervioso debutante salido de las clasificaciones era un zurdo de pelo largo que mandaba las pelotas fuera.
Parecía incluso que la lluvia salvaría al chileno de la debacle y que, después de un comienzo lleno de errores, terminaría levantando el 2-5 en contra con que el aguacero interrumpió el primer set.
Pero ni la lluvia ni la historia pesaron y, al cabo de apenas una hora y quince minutos de juego, el brasileño (239°) terminó dando una charla magistral del manejo del revés y, sumado a la altísima cantidad de errores no forzados de Ríos, se llevó el partido por 6-3 y 6-2.
Para el novato, una nueva excusa para no dormir, ya que si había armado una fiesta cuando derrotó al argentino Guillermo Coria en la final del Challenger Sao Paulo 2001, ahora con la raya de un ex número uno marcada en la pistola, Saretta tiene suficientes motivos para celebrar.
Para el antiguo consagrado, una malísima mañana que ya no sorprende y que tal vez apure la decisión de contar pronto con el relevo del entrenador Luis Lobo, que dejará ese puesto después que el chileno dispute Roland Garros.