HAMBURGO.- Evocando la proeza de 1996 de su compatriota Roberto Carretero, el español Albert Portas salió a la cancha central de Hamburgo con el objetivo de repetirla y convertirse en el segundo tenista que parte desde las catacumbas de la ronda clasificatoria para derrotar al favorito en la final y llevarse los laureles de este tradicional torneo de tierra batida.
Y lo consiguió. El "dragón del drop", como fue bautizado en Hamburgo por sus certeros tiros, dio cuenta uno tras otro de Vladimir Voltchkov, Magnus Norman, Sebastien Grosjean, Alberto Martín y Lleyton Hewitt antes de imponerse en un emocionante duelo a cinco sets al valenciano Juan Carlos Ferrero, que venía invicto en los últimos 16 partidos y con el palmarés abultado con los triunfos de Dubai, Estoril, Barcelona y Roma.
"Ha sido una semana increíble. El mejor día de mi vida en mi profesión de tenista. A principio de semana ni me imaginaba que fuera a acabar ganando", contó el barcelonés de 27 años que obtiene su primer título desde que entró al circuito en 1994.
"Conozco bien a Carretero, fue una cosa muy parecida a lo que ocurrió hoy. Esto es una sorpresa para todos", dijo el tenista en declaraciones a la Agencia Alemana de Prensa (dpa) tras el cotejo.
Portas explicó que justamente Carretero, quien venció a Alex Corretja en cuatro sets en la final de Hamburgo de 1996, fue entrenado un tiempo por Marcos Gorri, quien lo asiste desde hace un mes, sucediendo a Víctor López.
La victoria de hoy, que le ha deparado 400.000 dólares y cien puntos y lo ha catapultado al undécimo puesto de la carrera de campeones de la ATP, ha resarcido a Portas, actualmente 42 del ranking, de la eliminación en semifinales de este año en Estoril y lo ha devuelto al clima de fervor que sintió en 1997 en Barcelona cuando disputó su primera final contra Albert Costa. "El público me hizo sentir de nuevo en casa", comentó sobre el caluroso aliento que le dieron los 12.500 espectadores en Hamburgo.
Con este primer título en el bolsillo, el español mira su futuro pleno de optimismo. "Voy a encarar el circuito con otra mentalidad. Me tengo que plantear otros objetivos, intentar mantener este nivel, que no será fácil, pero estoy muy tranquilo y satisfecho", afirmó.
"Ya tengo dos objetivos cumplidos, mi primer título y subir en el ranking. Ahora habrá que tratar de ingresar a los top ten, pero creo que lo puedo afrontar tranquilamente", agregó.
En cuanto a su futuro inmediato, Portas anunció que pese a estar en el cuadro principal del torneo de St. Poelten, en Austria, verá si puede prescindir de participar y prepararse para el mayor certamen de arcilla de la temporada, el Abierto de Francia, que dará comienzo el 28 de este mes. "Intentar hacer un buen torneo en Roland Garros y probar en otras superficies", son sus principales objetivos del momento.
En medio del júbilo, el barcelonés sólo lamentó una cosa: no poder festejar hoy con su familia, que no pudo alcanzar el avión para llegar a Alemania. El triunfo será celebrado en círculo íntimo con su entrenador y su preparador físico.