SANTIAGO.- Los cabos sueltos que forman la confusa historia del tenista Marcelo Ríos y su séquito en la última noche que pasaron en Roma, tras perder en el Masters Series, comenzarán a dilucidarse esta tarde cuando el preparador Carlos Cardemil y el padre del tenista, Jorge Ríos, confirmen o no la versión de que son ellos las "víctimas" de abusos por parte de la policía romana.
Tras dos semanas del incidente, en el que supuestamente Ríos golpeó a un taxista y a un par de policías lo que motivó una demanda en su contra, ninguno de los chilenos ha aclarado los hechos, aunque Cardemil dejó entrever este miércoles en "Las Ultimas Noticias" que "vivimos una verdadera pesadilla y quien verdaderamente nos agredió fue la policia de Roma".
En esa nota, el preparador físico asegura que, junto con Ríos y el relacionador publico de la ATP, el español Benito Pérez Barbadillo, regresaba en un taxi a su hotel. Según su versión, "íbamos cantando, lo que asustó al taxista (Mario D'Amario), que es de edad y que decidió acusarnos a la policia".
Y "desde ese minuto comenzó la pesadilla. Nos hicieron arrodillar, nos comenzaron a pegar e incluso se pusieron unos guantes negros. A Marcelo le hicieron una zancadilla y se pegó en la frente contra la acera", agregó.
"Nos pegaron en la espalda y nos llevaron a la comisaría, donde a Marcelo lo subieron al segundo piso y volvió con la boca sangrando", concluyó.
Aunque asegura que esa noche, durante la fiesta del torneo, Ríos "había tomado una cervezas, como lo hace cualquier ser humano", el tenista no estaba borracho, lo que no explicaría las razones que tuvo la ATP para multar al jugador con diez mil dólares por "comportamiento antideportivo durante el desarrollo de esa actividad".
Tampoco aún está claro por qué Cardemil, Ríos y compañía han demorado dos semanas en hacer pública su diametralmente opuesta versión.