LOS ANGELES.- El escolta Allen Iverson no tuvo su mejor noche en el segundo partido de las Finales de la NBA que los Philadelphia Sixers perdieron por 98-89 ni tampoco terminó de forma amigable con su rival Kobe Bryant, a quien le advirtió que no sabía con quien se estaba metiendo.
"Bryant no hizo más que quejarse todo el partido de las decisiones de los árbitros, cuando los únicos perjudicados fuimos nosotros porque me hicieron todo tipo de personales y nunca las pitaron", declaró Iverson, que se quedó con sólo 23 puntos, comparados a los 48 que logró en el primer partido.
Iverson dijo que la discusión que mantuvo en el último minuto con Bryant fue para decirle de manera muy clara que con él no iba a montar ningún número y mucho menos a comportarse en plan de estrella intocable.
"Ni Kobe ni nadie dentro de la liga va a llegar a mi lado para incordiarme o decirme estupideces, porque soy un jugador con una gran corazón que siempre va para adelante", advirtió Iverson.
El escolta estelar de los Sixers dijo que el partido no lo habían ganado los Lakers sino que ellos lo perdieron con los fallos que tuvieron en los tiros de personal (15 de 26).
"Cada vez que nos centramos y movimos bien el balón logramos remontar las desventajas y en los últimos dos minutos tuvimos varias oportunidades para haber dado la vuelta al partido y haberlo ganado como sucedió con el primero", comentó Iverson.
Pero el haber conseguido irse de Los Angeles con la eliminatoria empatada a 1-1 y jugar ahora los próximos tres partidos en Filadelfia, incluido el sexto si es necesario, le daba a su equipo la ventaja de colocarse más cerca del título de liga.
"Después de lo que hemos logrado en el Staples Center estoy convencido que en nuestro campo será muy difícil que los Lakers nos puedan ganar", agregó Iverson.
El entrenador Larry Brown, a pesar de la derrota, volvió a ser el gran triunfador porque logró que su equipo demostrase que cada vez que lucha puede remontar cualquier tipo de desventaja y que el pívot Shaquille O'Neal puede caer en la trampa de las personales.
"Nos faltó la victoria, pero me siento muy orgulloso y contento de lo que hicimos en el campo de cara a los próximos partidos", destacó Brown. "Tal vez nos faltó algo de concentración en los momentos decisivos, pero estuvimos de nuevo muy cerca de conseguir la victoria".
Brown reiteró que el tercer partido será una historia diferente y que tendrán 48 horas para corregir los errores que cometieron en el segundo y salir al campo el próximo domingo con la mentalidad ganadora de siempre.
"No es normal que fallemos tanto en los tiros de personal porque fue los que nos perjudicó y especialmente cuanto Iverson falló los dos que lanzó con tres minutos para finalizar el partido y que nos hubiesen permitido quedarnos a sólo un punto por debajo en el marcador (89-86)", valoró Brown.
El entrenador de los Sixers dijo que ahora el equipo debía mentalizarse para otra batalla porque la guerra no ha hecho más que comenzar.