BUENOS AIRES.- Boca Juniors de Argentina se consagró en la noche del jueves bicampeón de la Copa Libertadores de América por segunda vez en su historia, y al igual que el año pasado, dirimió el título en definición por penales, esta vez como verdugo del Cruz Azul de México.
En el estadio La Bombonera, en Buenos Aires, Cruz Azul sorprendió venciendo a los locales por 1-0 con gol de Juan Francisco Palencia, emparejando la ventaja que había sacado Boca en su visita al estadio Azteca, cuando hace ocho días se retiró con una victoria equivalente. En la serie por penales, Boca se impuso por 3-1.
Para Boca marcaron Juan Román Riquelme, Mauricio Serna y Marcelo Delgado, en tanto para Cruz Azul convirtió Palencia. El portero local Oscar Córdoba detuvo el tiro ejecutado por Pablo Galdames, en tanto José Hernández tiró desviado, y Julio César Pinheiro, para la visita, y Jorge Bermúdez, para el local, estrellaron sus disparos en el travesaño.
El equipo dirigido por Carlos Bianchi tuvo anoche un pobre desempeño y otra vez dependió de los penales para gritar campeón de América, tal como había sucedido el año pasado, cuando venció al Palmeiras de Brasil por la misma vía. Y también esta vez, el colombiano Córdoba fue el héroe, al atajar uno de los disparos.
Cruz Azul, consciente de que empezaba el partido perdiendo 1-0 por el resultado de la ida, desechó la posibilidad de refugiarse en un planteo conservador y salió a disputar al local la posesión del balón en el mediocampo.
Con todo, Boca fue más incisivo en los primeros veinte minutos, de la mano de las pinceladas talentosas de Riquelme, que primero se movió por izquierda y luego por derecha, y de la velocidad de Delgado, verdugo de los mexicanos en el estadio Azteca.
Riquelme, tras una gran jugada personal, Javier Villarreal y Delgado desperdiciaron las dos chances más claras que tendría el anfitrión durante ese primer parcial.
Lentamente, el conjunto de José Luis Trejo fue equilibrando las acciones, con el buen trabajo del chileno Galdames en el medio, y la voracidad de Palencia y el paraguayo José Cardozo adelante.
A los 21', un cabezazo del brasileño Pinheiro fue rechazado espléndidamente por Córdoba, y a los 35', el palo salvó providencialmente un furibundo remate de Tomás Campos, reemplazante de último momento del argentino Angel "Matute" Morales, que se bajó del once titular debido a una fiebre de cuarenta grados.
Tres minutos más tarde, el arquero colombiano borró de los labios de Cardozo el primer grito de gol. Por entonces, el Cruz Azul seguía fiel a su precepto de jugar al pie y acelerar con estiletazos en busca de sus delanteros.
Finalmente, cuando se jugaban 48' -el partido estuvo parado al principio durante seis minutos por unos gases lacrimógenos lanzados por la policía fuera del estadio, que afectaron a jugadores y aficionados-, a la salida de un córner de Pinheiro, un centro de Cardozo fue mandado a la red por su "socio" Palencia para abrir la cuenta y enmudecer a todo el estadio.
Tras el "lavado de cabeza" de rigor por parte de Bianchi -y el ingreso del delantero de Christian Giménez por el volante Villarreal- Boca salió a jugar el segundo parcial más arriba y lentamente fue empujando hacia atrás a la retaguardia mexicana. Pero fue apenas un espejismo de unos minutos, y con una única chance clara de gol (Giménez llegó tarde a una pelota rasante que cruzó el área).
Luego se repitió la imagen de la primera etapa: Cruz Azul fue rearmando lentamente su juego, ayudado por la intrascendencia de Riquelme, la única usina generadora de fútbol que tiene Boca.
A los 24 del complemento, Pinheiro casi lleva la cuenta a dos con un zurdazo de tiro libre: el balón picó en el borde del área chica, tomó un raro efecto, se elevó y fue a dar contra el palo derecho de Córdoba, esquivando en el camino de regreso al campo a Cardozo, que casi conecta al gol.
Los mexicanos lamentaron la oportunidad perdida, y luego no tuvieron otra semejante para llevarse la Copa durante los 90 reglamentarios. Boca sí tuvo un par de chances nítidas, pero el arquero Oscar Pérez y el travesaño le negaron un escape al sufrimiento que vendría después.
Hasta que llegó el pitazo final del árbitro peruano Gilberto Hidalgo -de discreta actuación-, Boca se fue consumiendo en sus propios nervios -los mismos de su hinchada-, lejos, muy lejos del juego inteligente que había exhibido hace ocho días en el Azteca.
Pero después en la ruleta de los penales, Boca demostró nuevamente que es amigo de circunstancias extremas. Y su pueblo festejó con locura. Cruz Azul se fue con la frente alta, aplaudido por una victoria que no parecía en los planes de nadie, pero con lágrimas en los ojos por haber visto la gloria del campeonato, tan de cerca, sin poderla alcanzar.
Síntesis:
BOCA JUNIORS: Oscar Córdoba; Hugo Benjamín Ibarra, Jorge Bermúdez, Aníbal Matellán, Clemente Rodríguez; Javier Villarreal, Mauricio Serna, Christian Traverso; Juan Román Riquelme; Walter Gaitán; Marcelo Delgado. Director técnico: Carlos Bianchi.
CRUZ AZUL: Oscar Pérez; Norberto Angeles, Sergio Almaguer, Melbín Brown; Víctor Gutiérrez, Pablo Galdames, José Hernández, Tomás Campos, Pinheiro; Juan Francisco Palencia y José Saturnino Cardozo. Director técnico: José Luis Trejo.
GOL: 48' del primer tiempo, Palencia (CA).
CAMBIOS: En el reinicio, Christian Giménez por Villarreal (B) y 21' del segundo tiempo Emilio Mora por Campos (CA).
DEFINICION POR PENALES: Para Boca convirtieron Riquelme, Serna y Delgado, para Cruz Azul marcó Palencia. Córdoba atajó remate de Galdames (CA), y marraron sus disparos Hernández y Pinheiro (CA) y Bermúdez (B).
ARBITRO: Gilberto Hidalgo (Perú).
ASISTENTES: Yuri Pineda y Luis Avila (Perú).
ESTADIO: La Bombonera, Buenos Aires (Recaudación: 1.222.474 pesos -igual a dólares-).