TURIN.- Si el todopoderoso dueño de Fiat y presidente honorario del club, Gianni Agnelli, dice públicamente que a Juventus le faltan sus goles, entonces no hay ninguna duda: el goleador chileno Marcelo Salas terminará jugando en el equipo turinés y su pase debería concretarse antes del comienzo de la Liga Italiana, el próximo 26 de agosto.
"Es cierto, Juventus hoy tiene escaso peso ofensivo y por eso le servirían los goles de Salas, que los sabe hacer y muy bien", declaró Agnelli tras la tradicional presentación del equipo 2001-02 de Juventus, en el campo de juego de Villa Perosa, propiedad de la famosa familia de empresarios automovilísticos que también es dueña del club.
El pase debió concretarse el viernes pasado, pero a último momento los dirigentes de Lazio, reunidos en una cumbre en Puerto Cervo, decidieron postergar toda decisión, provocando una dura reacción de Salas desde la concentración de la selección chilena, quien reiteró su intranquilidad por no daber donde jugará durante la temporada.
La diferencia económica no es insalvable (no supera los 2 millones de dólares, Juventus ofrece 12 millones) pero el obstáculo que impide el cierre de la operación es el nombre del jugador que llegaría a Lazio como contrapartida: a los dirigentes romanos no convence el yugoslavo Darko Kovacevic y querrían al defensor Mark Iuliano, considerado incedible por el club turinés.
De cualquier manera, la voluntad de Lazio de ceder a Salas sigue en pie, como se demostró en ocasión del primer partido por la ronda preliminar de la Liga de Campeones, jugado la semana pasada contra el FC Copenhague, cuando el técnico Dino Zoff no utilizó al "Matador", quien siguió el cotejo desde el banco de los suplentes.
Si Salas hubiese sido utilizado un sólo minuto, el pase a Juventus habría naufragado, ya que el club turinés quiere al goleador chileno para hacerle jugar la Liga de Campeones y su ingreso contra el equipo danés -según la reglamentación de la UEFA- lo impediría, por lo que la entera operación habría naufragado.