BUDAPEST.- Con una victoria de punta a punta en el Gran Premio Húngaro de automovilismo, el alemán Michael Schumacher se aseguró el domingo su cuarto título mundial en la Fórmula Uno.
Con el broche de oro del segundo puesto del brasileño Rubens Barrichello, que dio a Ferrari los dos primeros lugares en la carrera, la escudería italiana ganó el título mundial de constructores por segundo año consecutivo.
El piloto de 32 años iguala ahora con el ya retirado francés Alain Prost cuatro campeonatos de F-1. El récord está en poder del legendario argentino Juan Manuel Fangio con cinco.
La victoria de Schumacher, séptima en 13 carreras en esta temporada, también le permite igualar con Prost el récord de 51 victorias.
El alemán partió desde la primera posición de largada y nunca dejó la punta, excepto por breves intervalos después de sus dos detenciones en los puestos.
"Felicitaciones", le dijo al campeón el director de Ferrari, Jean Todt, por radio mientras Schumacher trasponía la meta.
El alemán levantó los dos puños al aire en señal de júbilo. "Es sencillamente notable. No tengo palabras para explicar lo maravilloso que es estar con todos ustedes. Los quiero a todos", replicó Schumacher.
Luego, en el podio, no pudo contener las lágrimas cuando entonaron los himnos nacionales alemán e italiano.
"Probablemente no soy mal piloto, pero no soy el mejor para encontrar las palabras con que expresar mis emociones", explicó Schumacher luego de la ceremonia rompiendo a llorar otra vez.
Schumacher ganó el G.P. Húngaro por tercera vez, ya que lo había hecho en 1994 y 1998.
El germano se aseguró el título cuando faltan cuatro carreras.
Al recibir 10 puntos por su victoria, eleva su total a 94 con una diferencia irremontable de 43 puntos sobre su perseguidor, el británico David Coulthard, de McLaren-Mercedes, que terminó tercero.
"Tuvimos un gran fin de semana. Me clasifiqué en la primera posición de largada, gané, obtuve mi triunfo número 51 para compartir con Alain y me aseguré mi cuarto campeonato. Es demasiado para mí", dijo el campeón.
Ferrari igualó el récord de once títulos de constructores que tenía McLaren.
Hasta que Schumacher ganó el título el año pasado, ningún piloto de Ferrari había conquistado el campeonato de conductores desde el sudafricano Jody Scheckter en 1979. Los otros dos títulos de Schumacher fueron en 1994 y 1995, pero para Benetton.
El alemán se mostró netamente superior a los demás y lo demostró en las 77 vueltas al difícil y sinuoso circuito húngaro. Schumacher no cometió errores.
Coulthard tuvo una largada lenta desde la segunda posición y el brasileño Barrichello lo pasó por afuera antes de la primera curva, poniendo a las dos Ferrari al frente.
"Rubens me pasó muy fácilmente", admitió Coulthard. "Supe que sería difícil a partir de entonces".
Después de 10 vueltas, Schumacher tenía un segundo de ventaja sobre su compañero y dos sobre Coulthard. Cinco giros después la diferencia aumentó a 5 y 7 segundos respectivamente.
El alemán fue aumentando su ventaja hasta que se detuvo por primera vez en los puestos en el giro 28. Al salir quedó tercero, a 11 segundos de Barrichello.
Pero el brasileño tuvo que detenerse tres vueltas después, dejando temporalmente a Coulthard primero hasta que éste también paró. Al salir quedó detrás de Schumacher pero delante de Barrichello.
Para el giro 33, Schumacher llevaba 14 segundos de ventaja sobre Coulthard y 16 sobre Barrichello.
Los tres punteros hicieron su segunda detención para reabastecerse de combustible y cambiar neumáticos entre las vueltas 53 y 55, y Coulthard volvió a quedar delante de Barrichello.
El hermano menor de Schumacher, Ralf, fue cuarto con Williams-BMW, Mika Hakkinen quinto con la otra McLaren y Nick Heidfeld sexto con Sauber.
Séptimo fue Kimi Raikkonen (Sauber-Petronas) y octavo el colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW).