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Liga de Campeones: Roma 0 - Anderlecht 0

El empate sin goles en el encuentro del grupo A del torneo europeo viene bien al Anderlecht, pero que deja con mal sabor de boca a un Roma que debió golear, pero pagó su total negación ante la meta rival.

19 de Septiembre de 2001 | 17:02 | EFE
BRUSELAS.- El desacierto total en el remate del delantero argentino Gabriel Omar Batistuta, que desaprovechó un buen número de claras ocasiones para marcar, castigó a un Roma que debió ganar ampliamente a un modesto Anderlecht, al que el reparto de puntos (0-0) le supo a gloria.

Batistuta está claro que vive un periodo de negación ante la meta rival. Lucha, se mueve, se esfuerza, no baja los brazos, pero le falta su pan de siempre: el gol. Hoy, en verdad, se produjo lo más difícil, que se fuera sin anotar y prolongase a seis encuentros oficiales (tres de liga italiana, uno de Supercopa Italiana y dos de Liga de Campeones de Europa) su sequía.

El Roma, que inició con las sorpresas del meta Antonioli, el centrocampista Lima y Totti de compañero atacante del otrora "Batigol", salió consciente de la importancia del partido, tanto para su proseguir en la competición como psicológicamente para salir de su actual crisis.

Por ello, se vio de inicio a un equipo romanista decidido, determinado, con "hambre" de balón y que rápidamente llevó el mando. Además, enfrente se encontró con un muy modesto Anderlecht, un equipo sin virtudes futbolísticas y una defensa excesivamente generosa para el adversario.

Tan sólo la movilidad de Aruna Dindale, jugador de Costa de Marfil, llevó alguna inquietud a las filas romanistas.

Así, el Roma del técnico Fabio Capello muy pronto gozó de excelentes ocasiones para adelantarse en el marcador. Pero se encontró con la negación total ante la meta rival que en lo que lleva de temporada está caracterizando a Batistuta.

Batistuta tuvo tantas ocasiones claras de marcar que de haber estado medianamente atinado casi podría haber batido cualquier récord de goles anotados por un jugador en un partido. Y es que en la primera media hora fueron cuatro las oportunidades de que dispuso (m.3, 19, 28 y 30), siendo especialmente clamorosos sus fallos en la primera (remate de cabeza al borde del área anticipándose a la mala salida del meta) y última (remate con el pié, solo, a tres metros del portero).

Entre medias, el brasileño Cafú, en una excelente galopada, desaprovechó también una buena oportunidad ante el meta belga (m.9) y disparo fuera.

Las muchas claras oportunidades desaprovechadas parecieron apagar el ímpetu del Roma y el último cuarto de hora de la primera mitad contó con un relativo equilibrio en el centro del campo. Pero, eso sí, el Anderlecht siguió dando vacaciones al meta Antonioli, quien sólo se esforzó algo en el minuto 45 en un suave remate de Mornar.

La segunda mitad, pese a una ocasión inicial del argentino Walter Samuel bien desviada por el meta Filip De Wilde (m.47), resultó más anodina. Las fuerzas del Roma decrecieron, su centro del campo bajó el ritmo y su juego se hizo más previsible para su rival al abusar en los balones centrales.

El Anderlecht, además, se asentó algo mejor e, incluso, se permitió estirarse algo más, pese a no abandonar nunca su cautela sabedor de su clara inferioridad técnica.

Sin embargo, hubo ocasión para que Batistuta volviera a evidenciar que tiene la "pólvora mojada" (m.64) y que también viera como un potente saque de falta lejano suyo lo detuviera con acierto De Wilde (m.77). Dos minutos después, el recién salido nigeriano Thompson malogró la mejor y única ocasión del Anderlecht.

Los últimos minutos, lógicamente, contaron con un Roma, con Vincenzo Montella por Batistuta, nuevamente volcado y que pudo adelantarse si De Wilde no desviase con gran acierto un disparo cercano de Cafú (m.80) o si el brasileño, tres minutos después, no mandase excesivamente cruzado su remate.

Al final, todo quedó en el empate sin goles que viene bien al Anderlecht, pero que deja con mal sabor de boca a un Roma que debió golear, pero pagó su total negación ante la meta rival.

EL partido de la segunda jornada, grupo A, de la Liga de Campeones de Europa, fue jugado en el estadio "Constant Vanden Stock", con la presencia de unos 20.000 aficionados en las gradas.

Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del atentado terrorista de hace una semana en los Estados Unidos.
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