NUEVA YORK.- Con determinación y algo de ansiedad, los neoyorquinos vivieron hoy su primer maratón masivo sin las Torres Gemelas en un ambiente de solidaridad y celebración, y con unas medidas de seguridad extremas.
El evento tuvo como ganadores al etíope Tefaye Jifar y la keniana Margaret Okayo, ambos de 25 años.
Jifar, que participaba por vez primera en el maratón neoyorquino, batió el récord de la prueba con un tiempo de 2 horas, 7 minutos y 43 segundos.
Más de 30.000 atletas de cerca de 100 países de los cinco continentes se dieron cita en el puente Verrazano para correr el maratón, que en esta ocasión tiene lugar en circunstancias muy especiales por tratarse del primer acontecimiento masivo en la Gran Manzana desde los atentados del pasado 11 de septiembre.
"Estoy aquí para traer energía a la ciudad. Eso es lo que creo necesitan los neoyorquinos ahora", declaró poco antes de comenzar Silvio Guerra, el ecuatoriano que ha quedado segundo en el último maratón de Boston y que corre en Nueva York con grandes expectativas de triunfo.
El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, que agradeció a todos los participantes su decisión de correr el maratón, resaltó que era una enorme alegría poder presenciar la carrera, la última que presidirá como máximo responsable municipal pues se retira en enero.
"Es un extraordinario ejemplo ver a todos los neoyorquinos y gente de todo el mundo unidos y demostrando que somos libres y que Estados Unidos es un país libre que cree en las libertades políticas, económicas y religiosas", resaltó Giuliani.
"Los terroristas tienen que entender que no tenemos miedo -dijo- y que ejerceremos nuestra libertad".
Allan Steinfeld, presidente del Club de Corredores de Nueva York, institución encargada de la organización, resaltó que estaba muy orgulloso de las pocas cancelaciones que se habían producido y de la capacidad de la ciudad de recuperarse y querer celebrar este día con alegría.
"Hay tanta energía junta, por parte de los atletas y de los espectadores, que como neoyorquino puedo decir que es uno de los mejores días en muchos... muchos años", agregó.
Steinfeld calculó que verán la carrera cerca de dos millones de personas en las calles, sin contar los 65 países que la seguirán en directo en sus televisores.
La carrera se celebra en medio de extraordinarias medidas de seguridad como, por ejemplo, que los participantes sólo pudieron llevar una bolsa transparente con ropa, se clausuró el espacio aéreo sobre el recorrido, y se prohibió dar agua y alimentos a los corredores de forma espontánea como es tradicional.
Por primera vez en las 32 ediciones de la carrera, el puente Verrazano, desde donde se dio salida, estuvo cerrado al tráfico en ambos sentidos, al igual que los otros puentes utilizados durante los 42 kilómetros (26,2 millas) del recorrido.
También, por primera vez, los nombres de los participantes, entre ellos unos 10.000 extranjeros llegados para la ocasión, fueron facilitados a la Policía para comprobar sus identidades.
La Guardia Costera también patrulló las aguas de los cinco distritos de Nueva York, especialmente alrededor del Verrazano, el lugar más vulnerable desde el punto de vista de seguridad, por lo que se limitó el acceso a embarcaciones de recreo.
Cerca de 2.300 policías han sido asignados a la vigilancia del recorrido, que pasa por los cinco condados de Nueva York y termina en el Parque Central de Manhattan, y tiradores especializados fueron apostados en edificios y lugares estratégicos.
Los premios para los participantes ascienden en total a unos 515.000 dólares con 80.000 dólares y un automóvil para los campeones masculino y femenino.
Los organizadores esperan recaudar más de un millón de dólares que donarán para los familiares de las cerca de 5.000 víctimas de los atentados de las Torres Gemelas.
El año pasado los vencedores fueron el marroquí Abdrlhader El Mouraziz con un tiempo de dos horas, diez minutos y nueve segundos, y la rusa Ludmila Petrova (2 horas, 25 minutos y 45 segundos).
Sin embargo, los récord de la carrera, que comenzó en 1970 con escasamente 127 participantes y un presupuesto total de 1.000 dólares, están en manos del tanzano Juma Ikangaa que en 1989 lo recorrió en 2 horas, 8 minutos y 1 segundo, y la australiana Lisa Ondieki que en 1992 lo hizo en 2 horas, 24 minutos y 40 segundos.
Asimismo, por primera vez, se concederá un premio al primer atleta estadounidense que cruce la meta y dos galardones especiales para los ganadores en sillas de rueda.