MELBOURNE.- Tal como lo ha hecho Marcelo Ríos (48° de la ATP), el español Alberto Martín (39°) sólo ha perdido un set en las dos fases previas al encuentro que los unirá a ambos en busca de los octavos de final del Abierto de Australia. Claro, Ríos lo hizo contra un desconocido Jaymon Crabb, mientras que el hispano contra el número uno del mundo, Lleyton Hewitt.
Con 23 años y tres títulos desde que se insertó en el tenis profesional de la ATP, Martín está llamado a unirse al Juan Carlos Ferrero al mando de la nueva "armada española", que debiera reemplazar a la que integran Carlos Moyá, Alex Corretja y compañía.
Este año comenzó la temporada llegando a semifinales en Adelaida, donde cayó ante el británico Tim Henman por 7-5, 4-6 y 6-2, mientras que el año pasado hizo varios cuartos de final, entre ellos Viña del Mar, Montecarlo y Hamburgo, y triunfó en Mallorca tras derrotar al argentino Guillermo Coria por 6-3, 3-6 y 6-2.
Con Ríos se ha enfrentado en una oportunidad, en Scottsdale 2000: el match se definió a favor del chileno por un estrecho marcador de 7-6 y 7-6. Y tras los primeros resultados del presente Abierto, el partido de este sábado se augura como más reñido todavía.
Australia lo quiere abajo
Pero Martín ha sufrido la persecución de la prensa australiana desde que eliminó a Hewitt, simplemente por ajustarse a derecho y refugiarse en una regla cuando de otra forma se hubiera lesionado más seriamente.
Durante estos días, y después de su victoria sobre el número uno del mundo, "Beto" ha sufrido un acoso por parte de los medios de comunicación que intentaban arrancarle un signo de debilidad y que admitiera que había abusado de la regla para pedir tratamiento. La actitud del barcelonés ha sido siempre la misma, caballerosidad pero también coherencia en sus declaraciones, reafirmándose siempre en su actitud.
El jugador español ha recibido el apoyo de todo el vestuario ATP, pero quien quizá más se ha mojado en el asunto ha sido el veterano doblista Todd Woodbridge, quien hoy se atrevió a firmar un artículo en el "Herald Sun" donde afirma que no hubo nada abusivo en el comportamiento del español, sino todo lo contrario.
"Fue una gran victoria para él y manejó la situación perfectamente. En este deporte hay malos ganadores y pobres perdedores, pero Alberto no es nada de eso", dice.
En su partido de hoy contra el suizo Michel Kratochvil, los últimos destellos antideportivos provinieron de parte de un sector del público que en algunos momentos intentaron desquiciarle con sus insultos.
"Ya me lo esperaba un poco, porque la prensa ha intentado buscar un culpable de que no puedan tener a Hewitt en el torneo", señaló hoy el barcelonés, que al referirse al público de hoy comentó: "Sentía la sensación de que esperaban que cometiera un error para decir, ves, este jugador no es deportivo".
"En las entrevistas que me han hecho estos días lo he notado", continuó Beto, "pero he logrado abstraerme y pensar, esto pasará y al cabo de dos días nadie se acordara de mí aquí, y hoy he logrado jugar mi tenis", añadió.
Beto confesó incluso que esa actitud negativa del público le pudo incluso pasar factura si hubiese cedido a una vieja costumbre que le acecha durante cada partido: ir al baño.
"He tenido un poco de miedo porque a veces en medio de un partido me dan ganas de ir al lavabo. Normalmente no pasa nada, pero aquí hubiera sido mi crucifixión", comentó, "así que justo cuando iba hacia la pista he visto uno y me he dicho voy ahora, que si no luego...".
Martín ha logrado superar la situación gracias al apoyo de su equipo, de su preparador Walter y de su técnico Juan Vilaró. "Pero aparte tengo que agradecer mucho a la armada española", dijo, "sobre todo a los nuevos que han salido, Robredo, Medina y compañía que animan mucho, me han venido a ver y me han apoyado, son muy compañeros, y hay que darles las gracias", dijo.
