BARCELONA.- El argentino Juan Román Riquelme visitó hoy la pequeña parcela de la Masia, un lugar habitual con el que tendrá que familiarizarse hasta que Barcelona disponga de la ciudad deportiva.
En su debut con el uniforme de entrenamiento, Riquelme encontró en su compatriota Javier Saviola un apoyo para adaptarse a su nuevo hogar y un cómplice que le tradujese cómo siente y respira el barcelonismo.
Al jugador se le vio relajado de la tensión que le invadió ayer a su llegada a Barcelona, donde fue recibido y aclamado por sus nuevos seguidores en el aeropuerto. También ayer debió medirse al sector periodístico, ya que en su comparecencia ante los medios, un centenar de informadores de una cincuentena de medios le siguieron espectantes sus primeras palabras y también sus gestos.
Pero en el campo, con sus compañeros y con la pelota, Riquelme estuvo más cómodo. Primero, una sesión de calentamiento, después ejercicios físicos y con el balón, en los que Riquelme estuvo con los más jóvenes, a quienes deleitó con cierta magia.
Riquelme volverá esta tarde a los entrenamientos, y también mañana y pasado, hasta que el día 22 escuche cómo el Camp Nou se viene abajo cuando suene su nombre en la megafonía a partir de las 21.00 horas, que es cuando el Barca se presentará ante sus socios.
Después partirá con sus compañeros hacia Suiza, donde la estadía en este país, el torneo de Amsterdam posteriormente y el partido Newcastle a principios de agosto desvelarán si Riquelme agradó al técnico Louis Van Gaal y si en la previa de la Liga de Campeones (13 o 14 de agosto) merece la batuta para dirigir al equipo.