SANTIAGO/PATTAYA.- Tras dos años alejada de las canchas, la suiza Martina Hingis regresará al circuito femenino en el torneo de Pattaya en Tailandia cuando enfrente este martes a la tenista alemana Marlene Weingaertner (73° WTA).
Aunque Hingis manifestó que el motivo de su reaparición tiene como objeto recaudar fondos para numerosas organizaciones caritativas de ese país, pues la tenista es embajadora de la Buena Voluntad de Organización Mundial de la Salud (OMS), no descarta que sea una prueba para ver si todavía tiene el nivel para competir en el circuito.
"Este torneo es un test. No sé como reaccionará mi cuerpo. Mi estado físico es ante todo una cuestión mental", afirmó la tenista, que no saldrá a la cancha antes de las 08:00 hora chilena.
La suiza se retiró del circuito femenino en 2002 debido a una lesión crónica en su tobillo izquierdo. Durante su carrera, Hingis, de 24 años, ganó cinco torneos del Grand Slam (tres Abiertos de Australia, un torneo de Wimbledon y un US Open)y 40 títulos WTA.
Además, es la jugadora más joven en alcanzar el número uno, con 16 años y seis meses el 31 de marzo de 1997. Hingis disputó su último encuentro oficial en octubre de 2002 en Filderstadt.
El pronto retorno de la suiza genera simpatía al interior del circuito. "Será muy interesante, lo seguiré con atención. Me disgustó que se retirara tan pronto. Siempre tuve buena amistad y rivalidad con ella y nada me gustaría más que verla de nuevo jugar y estar en lo más alto", señaló la número uno mundial, la estadounidense Lindsay Davenport.
Otra que habló fue Venus Williams, quien se mostró contenta con el regreso de Hingis. "Fue muy triste que se retirara y pienso que puede volver, sería bueno para el tenis y para ella".
Hingis se ganó el cariño de sus compañeras, pero nunca el del gran público, que la vio como la niña prodigio que iba a acabar con el reinado de las admiradas Steffi Graf y Monica Seles.
Ni el público ni la prensa simpatizaron al cien por ciento con ella, a pesar de su sonrisa permanente. La final de Roland Garros 99, torneo que nunca ganó, fue un claro ejemplo. Ganó el primer set a Graf y dominaba 2-0 el segundo cuando protestó al juez un punto.
A partir de ese momento el público parisino comenzó a abuchearla y poco a poco la adolescente suiza fue perdiendo el control de un partido que prácticamente era suyo hasta el momento del incidente. A partir de ahí ya no fue la misma jugadora, y no pudo ganar ningún Grand Slam.
