MADRID.- El Betis conquistó hoy la segunda Copa del Rey de su historia al derrotar al Osasuna por 2-1 tras un encuentro épico, con enorme tensión hasta el final, que se decidió gracias a un gol del delantero Dani en el minuto 24 de la prórroga.
La final, inédita, fue apasionante y se llegó al final del tiempo reglamentado con empate a un tanto. Pero Dani, que entró en el minuto 90, sentenció para darle al Betis un trofeo en su temporada más gloriosa, donde también se clasificó para la Liga de Campeones.
El Osasuna lo dio todo y se quedó sin nada, excepto el aprecio de toda la afición española, consciente de que el equipo de Javier Aguirre entregó todo su corazón y hasta el final defendió su orgullo. Pocos se acuerdan del subcampeón, pero el equipo "rojillo" protagonizó un encuentro inolvidable, aunque sin premio alguno.
La primera parte tuvo más tensión que juego. En cierto sentido, el Osasuna sorprendió al asumir el mando del partido y demostró mayor personalidad que su rival, favorito en las apuestas, llevando la presión al campo contrario y actuando sin complejos.
Aguirre demostró tener muy bien preparada la final y tapó todas las vías de riego del juego bético. El uruguayo Pablo García, que fue titular, manejó muy bien el partido, y el Osasuna actuó con galones de equipo grande.
La respuesta del Betis en la primera parte fue muy decepcionante y su buena colección de estrellas apenas aparecieron. Si acaso, el brasileño Ricardo Oliveira sí dio muestras de toda la calidad que esconde, pero futbolistas como Marcos Assunsao o Joaquín tuvieron un comportamiento muy decepcionante, justo en un partido de máxima exigencia.
Pero el Betis tiene más dinamita que el Osasuna y a pesar de llegar menos, sí sumó las ocasiones más claras de la primera parte, parca en remates. Por ejemplo, en el minuto 24, cuando Oliveira inició una gran carrera y aprovechó los huecos generados por los movimientos de sus compañeros, que abrieron un gran pasillo. Pero el brasileño disparó blando con su zurda y el balón se perdió.
En el minuto 32, llegó la segunda ocasión clara del Betis, cuando Oliveira sacó un gran centro desde la esquina y Fernando, libre de marca, mandó fuera con la cabeza. Pero estos sucesos no acobardaron a los "rojillos", que se levantaron del piso con entereza.
La primera parte terminó con el Osasuna en el campo del Betis, aunque su portero, Toni Doblas, no intervino. Con igualdad, aunque con mejores sensaciones transmitidas por el equipo de Aguirre, se llegó al descanso.
La segunda parte se inauguró con un buen lanzamiento de Oliveira que obligó al portero Juantxo Elía a mandar a la esquina. Aguirre enfureció por las distracciones de su equipo y sus jugadores despertaron, recuperando el mando del encuentro.
La nueva respuesta del Osasuna fue conmovedora y volvió a mandar, acercándose al área rival. Morales tuvo una ocasión clarísima en el minuto 63, cuando Webó dejó solo al uruguayo, quien eligió la fuerza en vez de la colocación y Doblas sacó la mano.
Y como suele suceder en las finales de este estilo, el encuentro se decidió en un pequeño detalle, con una torpeza de la defensa osasunista. Ocurrió en el minuto 72, cuando en un balón adelantado, muy cómodo para la zaga "rojilla", Cruchaga protegió mal ante la salida de su portero y Oliveira metió con habilidad la punterita para anotar el gol del Betis.
El Osasuna no se lo podía creer mientras la hinchada verdiblanca, mayoritaria en las gradas del estadio Vicente Calderón estallaba en un delirio colectivo. El Betis se reagrupó en defensa y Aguirre reaccionó con ambición, introduciendo en el campo a David López y John Aloisi.
Este movimiento del mexicano fue fundamental. En el minuto 82, Sabo Milosevic envió hacia la carrera de Delporte, uno de los mejores del partido, quien mandó al segundo palo hacia la llegada de Aloisi, quien marcó con la cabeza ante la sorpresa de un rival que ya se veía campeón. Entonces, el color rojo se adueñó del estadio cuando el partido entró en la prórroga.
El Osasuna pareció más entero que el Betis en la prórroga, pero la moneda cayó del lado verdiblanco, cuando el canterano Dani, que había entrado el último minuto del tiempo regular, sentenció la final. Fue a seis minutos del final, cuando Varela inició una contra que concluyó con un pase sobre Dani, quien cruzó el balón y le dio la gloria a su equipo.
El Osasuna se quedó tendido sobre el césped y esta vez no encontró capacidad de respuesta, tal era su cansancio. La tensión explotó en el tramo final, donde los dos equipos perdieron los nervios y se enzarzaron en una pelea que deslució una partido épico, aunque el incidente no pasó a mayores.
El Betis resistió y se llevó una final épica, de tremenda emoción, para completar una temporada gloriosa: clasificación para la Liga de Campeones y Copa del Rey. Un éxito sin precedentes en la historia del club.
