SANTIAGO.- Entre diez y treinta fechas de suspensión era la amenaza que rondaba sobre el delantero Eduardo Rubio, de la Universidad Católica, luego del incidente que protagonizó en el encuentro ante Melipilla tras ser expulsado por el juez Guido Aros.
Luego de que le mostraran la tarjeta roja, Rubio tomó del cuello al árbitro y le dijo algunos improperios, antes de que sus compañeros y el propio técnico Jorge Pellicer lo alejaran.
Al final del partido, el delantero fue a los camarines a disculparse, lo que fue bien valorado por Aros. De hecho, el juez desestimó la posibilidad de considerar como "agresión" el hecho, por lo que en su informe se remitió a detallar sin adjetivos lo que sucedió.
"La verdad es que yo no estoy especificando en mi informe que sea una agresión directa, porque él me sujeta fuertemente del cuello, me acerca hacia él y me dice un par de groserías a la cara y eso es lo que yo transcribí", dijo Aros a
Radio Cooperativa.
De esta forma, la acción podría considerarse sólo como un reclamo desmedido, lo que dejaría a Rubio fuera de las canchas entre dos y cinco partidos, sumándole la suspensión normal por la tarjeta roja que recibió en el encuentro (otras dos a cinco fechas).
Todo lo deberá resolver, con el informe del árbitro en la mano, la primera sala del Tribunal de Disciplina.
