SANTIAGO/SAO PAULO.- Lo habían dicho los jugadores de Universidad Católica antes de viajar a Brasil. La idea era jugar de igual a igual y pararse sin temores ante uno de los equipos más poderosos del continente, Corinthians, y el empate 2-2 le dio valor a las palabras del equipo chileno.
Los diez primeros minutos del partido mostraron al equipo cruzado presionando en el terreno de juego rival ante la sorpresa de los jugadores brasileños, quienes sólo podían evitar el peligro mediante largos pelotazos que no podían ser bien aprovechados por los delanteros.
Sin embargo, poco a poco Corinthians comenzó a manejar las acciones y complicaba a la defensa cruzada que estaba disminuida ante la ausencia del líbero Mauricio Zenteno, quien se lesionó el hombro tras un choque con el arquero José María Buljubasich al tratar de despejar un balón que Tevez ganó en el área chica de Católica.
A los 15 minutos Roger abrió la cuenta para los brasileños mediante golpe de cabeza en plena área chica ante la impasividad de Eros Pérez, quien no fue capaz de anticipar al delantero y lo dejó libre para batir a Buljubasich, que antes de eso ya había salvado un par de veces a su equipo.
Luego de eso pareció que Corinthians tomó confianza para manejar con mayor tranquilidad las acciones ante una UC que intentaba seguir causando daño con algunos contragolpes creados en su mayoría por el activo Francisco Arrué, que trataba de manejar los hilos del mediocampo cruzado ante la poca participación que tenía Conca.
Ambos equipos intercambiaban ataques pero siempre con distinta suerte. Mientras Fuenzalida corría por la derecha sin poder causar mayor peligro y Jorge Quinteros sucumbía ante la marca de los defensores brasileños, Tevez y sus compañeros causaban real peligro a un Buljubasich que debió salvar en varias oportunidades la caída de su arco y, por si esto fuera poco, los palos también ayudaron para que la UC no se fuera con una goleada que no hubiera sido extraña al término de los primeros 45 minutos.
La segunda mitad comenzó con un panorama que al principio se veía muy complicado para la UC, ya que apenas a los 3 minutos del complemento Roger estrellaba en el poste (por quinta ocasión en el partido) un tremendo disparo desde fuera del área que hubiera significado un bajón anímico para los dirigidos por Jorge Pellicer.
Pero Católica todavía tenía mucho que decir, ya que Jorge Quinteros no estaba dispuesto a dejar que los brasileños ampliaran la cuenta. A los 51 minutos el delantero argentino le ganó un cabezazo a dos defensores del Corinthians tras un centro de Arrué, provocando la alegría en los chilenos y la incertidumbre en los locales.
Con este tanto el equipo cruzado recuperó las energías y siguió atacando principalmente por intermedio de Jorge Quinteros, quien peleaba contra los defensores en busca de lograr la ventaja para los chilenos, la cual casi llega a los 58 minutos, cuando el delantero argentino exigió con un potente remate al arquero Marcelo, quien debió esforzarse para enviar el balón al tiro de esquina.
El partido seguía siendo de ida y vuelta y los dos equipos trataban de desequilibrar un encuentro que estaba abierto y que mostraba a una atrevida Universidad Católica que no se achicaba en un estadio que tenía 50.000 "torcedores" gritando por el Corinthians.
A los 61 minutos Buljubasich cometió su único error en toda la noche, ya que tras una horrible salida fuera de su arco permitió que Nilmar tomara el balón y definiera de zurda ante la portería desguarnecida del equipo chileno.
Y cuando parecía que Corinthians ponía el 3-1 tras un tiro de Tevez a pocos metros del arco, la atajada de Buljubasich provocó una rápida salida que llegó a los pies de José Pedro Fuenzalida, éste envió un centro desde la derecha a la cabeza salvadora de Jorge Quinteros, quien nuevamente emparejaba la cuenta y le daba la alegría al equipo chileno que seguía sorprendiendo al público que estaba en el Pacaembú.
El empate de Quinteros desencajó a los jugadores brasileños, quienes no pudieron ser capaces de reponerse de la sorpresa y terminaron cediendo el terreno ante una Católica que hizo recordar la notable actuación que tuvo el año pasado por las semifinales de Copa Sudamericana en Argentina ante Boca Juniors, donde también obtuvo un empate 2-2.
Hacia el final del partido se fue expulsado Francisco Arrué por doble amonestación, pero eso no fue motivo para que los chilenos terminaran celebrando un empate que perfectamente podría haber sido una victoria que a nadie debiera haber sorprendido.
Con este resultado, ambos equipos quedaron liderando el grupo 4 de Copa Libertadores con cuatro unidades, y el próximo desafío para los chilenos será el 21 de marzo ante Deportivo Cali en Santiago.