RÍO DE JANEIRO.- El Gremio brasileño conquistó el mundial de Clubes de 1983 con "la mayoría del equipo" titular dopado, afirma en un libro el ex futbolista Paulo Cézar Lima, "Cajú".
El Gremio, que ha vuelto en 2006 a la elite del fútbol brasileño después de haber pasado la última temporada en la segunda división, vivió en 1983 el mejor año de su historia centenaria al conquistar, primero la Copa Libertadores de América a expensas del Peñarol, y después el Mundial, con una victoria por 2-1 sobre el Hamburgo.
"La víspera del partido (contra el Hamburgo) dos jugadores convocaron una reunión con el supervisor y el entrenador. Se habló de la disputa de una final mundial (...) de que precisábamos tomar un estimulante para tener un rendimiento mejor", escribe Cajú, hoy con 56 años, en el libro "Dei a volta na vida", que será lanzado el 24 de mayo en Sao Paulo.
El ex delantero, reserva en la selección brasileña que conquistó el Mundial de 1970 y figura del Gremio de 1983, no cita los nombres de sus compañeros.
Su biografía recoge el drama que vivió por su adicción a las drogas y el alcohol y evoca anécdotas alegres y tristes de su infancia y convivencia con astros como Pelé.
Al tratar el supuesto episodio registrado antes de la final en Tokio, Caju aseguró que se opuso a doparse, una práctica que en la época era descrita con la acción de consumir una pastilla denominada "bolinha" (bolita).
"No escondí que había comenzado a consumir cocaína y que estaba bebiendo. Y resalté: ahora estoy limpio (desintoxicado), no admito ningún tipo de droga...", señala la publicación a la que tuvo acceso el diario "O Globo".
Según el ex jugador su discurso valió poco, ya que "la mayoría del equipo tomó la droga".
Nacido en 1949 en una favela de Río de Janeiro, Paulo César Lima fue considerado el primer "chico malo" del fútbol brasileño, una estirpe que tiene a los delanteros Romário y Edmundo como sus máximos representantes.
Cajú, quien también destacó en Botafogo, Flamengo, Fluminense, Vasco da Gama, Corinthians y el Olimpique de Marsella, jugó 78 partidos con la selección brasileña y participó en el Mundial de 1974. En 1978 se perdió la copa por reivindicar el pago de mejores premios.