SANTIAGO/PARIS.- Y Massú no pudo con Federer. El chileno cumplió una más que digna presentación, pese al mal comienzo, pero con su derrota dejó a Roland Garros sin tenistas nacionales en el cuadro de individuales.
El número uno del mundo se impuso por 6-1, 6-2, 6-7(4) y 7-5, después de dos y media horas de lucha en el court Philippe Chatrier y de sobreponerse a un bajón en su rendimiento que permitió el alza de Massú.
Porque el partido comenzó con un Federer arrollador, convertido simplemente en una máquina sin fallas lo que le permitió ganar sus primeros tres juegos dejando en cero al chileno. Y ese juego le permitió quebrar en dos ocasiones el saque de su rival y cerrar la primera manga en apenas 27 minutos.
Federer ganó tanta confianza, que Massú no se atrevía ni siquiera a gritar. El viñamarino estaba fuera del ring, no reaccionaba al menos como para emparejar la lucha. Y el suizo volvió a aprovecharse del "niño" que tenía enfrente. En 28 minutos abrochó el segundo set por 6-2.
Entonces Massú se hizo presente en el Philippe Chatrier. Y Federer comenzó a fallar, quizás en su intención de buscar nuevos ángulos, nuevos tiros. Un quiebre del chileno en el segundo game lo envalentonó y así comenzó a escucharse su voz en París. También los asistentes empezaron a ver cada vez más su mortífera derecha.
Federer quebró de vuelta y sirvió para el partido en el duodécimo juego, tras quebrar por segunda vez, pero Massú le devolvió el favor y se quedó con el
tie break por 7-4.
La cuarta manga comenzó con un pequeño despilfarro: Massú tuvo cuatro pelotas de quiebre, pero Federer salió adelante. Luego el suizo tuvo una oportunidad en el octavo game, pero la presión que le metió al chileno en el duodécimo fue insoportable. Los errores no forzados terminaron por darle el partido al mejor jugador del orbe.
Federer enfrentará en octavos de final al checo Tomas Berdych, quien se benefició del retiro del alemán Nicolas Kiefer. Otro puzzle para armar y seguir avanzando en el Grand Slam que más le cuesta y que nunca ha logrado conseguir.
Para Massú, el consuelo de haberle dado batalla al número uno de la ATP, a uno de los mejores tenistas de la historia.