NUEVA YORK.- Juntos pueden ser dinamita: el español Rafael Nadal quiere jugar en la especialidad de dobles junto al suizo Roger Federer, y está dispuesto a apelar a todas sus dotes de persuasión para convencer durante el Abierto de Estados Unidos al número uno del tenis mundial.
"A mí me encantaría jugar un torneo de dobles con él. Le voy a preguntar si podemos jugar juntos en Madrid", dijo en Nueva York el número dos del mundo.
"No lo sabía. Sin dudas sería una gran atracción, está claro que no nos opondríamos a esa posibilidad", dijo Gerard Tsobanian, director general del Masters Series de Madrid y mano derecha del empresario rumano Ion Tiriac.
La dupla Nadal-Federer no tiene antecedentes en la era moderna del tenis. Es cierto que hubo dobles con grandes jugadores, como Bjorn Borg-Rod Laver, Borg-Guillermo Vilas o Borg-Jimmy Connors, pero en ningún caso jugaron con ambos integrantes copando los dos primeros escalones del ranking mundial.
Tampoco Andre Agassi y Pete Sampras -la úlima gran rivalidad del tenis masculino antes de la de Federer y Nadal- jugaron juntos.
Nadal, que a un carácter especialmente sensible a las relaciones públicas le suma un profundo amor por el tenis, sabe que juntarse con Federer del mismo lado de la red sería más que un punto a favor para su deporte.
"Para todo, para que la gente vea que se acaba eso de la rivalidad y todo eso que me preguntan. Para que vean que la relación es buena, y que hubo un pequeño incidente en Roma y se acabó, ya está", afirmó.
Federer y Nadal se enfrentaron ya en ocho ocasiones, con seis victorias para el español. Nunca, hasta la final de Roma en mayo de este año, habían tenido problemas. En aquel partido, resuelto en el "tie break" del quinto set a favor del español, Federer tuvo un choque verbal con el entorno de Nadal.
"Fue sólo un momento, sólo uno de todos los partidos de máxima tensión que hemos jugado. Uno, y después la cosa ha seguido igual que siempre. Y ahí se acabó la historia", insistió Nadal, que aún recuerda el gesto del suizo en octubre de 2005, durante el torneo de Basilea.
Nadal venía de ganar Madrid el domingo, y era la noche del lunes en Basilea cuando dos golpes secos sonaron en la puerta de la habitación de su hotel.
"Rafa, ¡cómo estás!". Federer se había acercado al hotel del español para saber cómo estaba Nadal tras haber renunciado a Basilea por lesión. Gestos como aquel no son habituales del número uno hacia el número dos.
"Bueno, Sampras y Agassi se llevaban más o menos bien...", aventuró Nadal mientras, a su lado, un responsable de prensa de la ATP negaba con la cabeza. "No, no se puede comparar, la relación de ustedes es mucho mejor", dijo.
Más allá de preparar su choque de mañana ante el sudafricano Wesley Moodie buscando los octavos de final del US Open, Nadal tiene como meta encontrar tiempo para conversar con Federer y convencerlo de jugar juntos.
"No he coincidido mucho con él en este torneo, pero le voy a preguntar si puede", confidenció.
Madrid, un torneo que está en un momento decisivo para crecer en importancia y envergadura de cara al nuevo circuito tenístico que se perfila para 2008, estaría más que agradecido de contar con la inédita dupla Federer-Nadal, aunque el español no se ilusiona con más.
"Hacerlo más seguido sé que es complicado, pero alguna semana al año sí que me gustaría jugar con él", admitió. "Se le propuso alguna vez, pero al final no se llegó a nada. Ahora creo que es un buen momento, ¿no?", concluyó.
