Foto: Héctor Flores |
SANTIAGO.- Hace exactamente una semana que José Rojas pasó por el quirófano. El lateral izquierdo de Universidad de Chile redondeó un 2006 espantoso. El mundo pareció derrumbarse cuando los médicos del club le confirmaron sus temores el pasado 28 de agosto. Se habían cortado los ligamentos cruzados de su rodilla derecha, una lesión de la que algunos no volvieron o nunca volvieron a ser los mismos.
"Se me vino todo encima, vi todo negro cuando los doctores me confirmaron de lo que se trataba. Pensé por qué a mí, por qué me pasa esto justo ahora", dijo.
Cuando Rojas llegó desde Argentina y quedó a las órdenes de Gustavo Huerta, no estaba en condiciones de jugar. La inactividad le pasó la cuenta. Por eso, cual alumno aplicado, se sometió a las órdenes y esperó el momento en que realmente estuviera en condiciones de jugar. Y su hora le llegó en un momento soñado: el domingo 27 de agosto, en la séptima fecha del Clausura y en el clásico ante Universidad Católica. Cuatro minutos le duró la felicidad a "Pepe". Cuatro minutos alcanzó a jugar antes de sentir "como cuando se quiebra un palo seco".
A una semana de la operación a la que lo sometió el médico Alejandro Orizola, Rojas se autoimpone estar contento, sonríe porque "no podía quedarme echado en la casa, lamentándome. Quiero pensar positivo de aquí en adelante. Pensar en la recuperación y en nada más. Además que las señales son buenas, ya puedo caminar y creo que voy a andar más rápido, de aquí a cuatro meses quiero estar recuperado", desafía el jugador a quien los médicos del club le han hablado de un período mínimo de seis meses para volver a jugar.
Como sea, José Rojas asume que 2006 fue un año nefasto, perdido. "No cumplí los objetivos que tenía y ahora sólo pienso en ponerme bien para jugar el 2007".
—¿Cómo estuvo su primera sesión de kinesiología?
"Estuvo bien, por ahora se trata de recuperar la movilidad de la pierna, eso hicimos y no tuve problemas, pude doblar la rodilla así que me voy contento".
—¿Se ha sentido apoyado por el club?
"Abolutamente, por todos mis compañeros que me preguntan que cómo voy, que están siempre hablándome, dándome ánimo. También por el profe Huerta, que me ha llamdo todo los días para saber cómo estoy y don José Manuel Edwards que me dijo que estuviera tranquilo y que no me iba a faltar nada. Todos se han portado excelente conmigo".
—Al mirar atrás, ¿cómo analiza su paso por Argentina?
"Me hubiera gustado jugar más, creo que me merecía jugar más. Pero la verdad es que el técnico (Julio César Falcioni) nunca me quiso. Ni siquiera me sentí cómodo cuando jugué. Nunca se me acercó a hablar, nunca una palabra de aliento. Con el tiempo supe que él quería a un colombiano en el puesto. Creo que con algo más de confianza hubiera sido titular".
—¿Se arrepiente de haber ido?
"Para nada. Uno aprende mucho, el puro hecho de llegar allá y estar solo ya te cambia. A mí me sirvió para madurar, crecer más rápido. Es un medio con mucha más presión que acá, sentí el ritmo de entrenamiento que también es distinto".
—¿Le gustaría tener una revancha en Argentina?
"Si, absolutamente... quiero volver y jugar allá, quiero triunfar en Argentina. Pero ahora hay que ser realista. El primer paso que quiero dar es ponerme bien para jugar en la U. Y después voy a poder soñar. Entre mis sueños claro que está volver a Argentina, pero mi sueño mayor es jugar por la selección, defender a mi país, es es mi ahnelo mayor".
Para cumplir sus sueños, este futbolista de 23 años deberá vivir con calma el presente. "Ahora sé que tengo que ir de a poco. Por ahora seguir los ejercicios con Mario Vera (kinesiólogo de la U), se supone que al segundo mes viene el trote y después del cuarto empezar con la pelota. Ojalá pase rápido", termina con nostalgia el lateral que tiene contrato con la U hasta junio de 2007 y cuyo pase pertenece a la empresa de Leonardo Rodríguez.
