El volante Matías Fernández es consolado por Luis Mena. La estrella alba fue anulada por el mexicano Correa en el Nacional.
AFP
SANTIAGO.- En un camarín alborotado, lleno de agua y cerveza, Pachuca celebró la consecusión de la Copa Sudamericana 2006, al ritmo de cánticos "Ayayay, canta y llores" y otros dedicados al cuadro colocolino, los jugadores mexicanos celebraron el triunfo ante el campeón chileno.
El más mesurado dentro del vestuario fue el técnico Enrique Meza, quien no dudó en ratificar que la clave del partido y el triunfo de Pachuca, pasó por la marca a Matías Fernández, tarea encargada al volante Jaime Correa.
"Hubo muchas claves dentro del partido, entre ellas nuestro orden y las ganas que le pusieron los muchachos, pero de verdad fue importante la marca a Fernández", dijo el estratega mexicano.
Meza alabó también el juego de Colo Colo y dijo que era un plantel que tenía mucho futuro, con jugadores jóvenes, que le pueden dar "muchas alegrías" al fútbol chileno. "Colo Colo es un plantel muy talentoso, con jugadores como Sánchez, Suazo, más el técnico Borghi, que como jugador y ahora como DT está demostrando que es un hombre que sabe de fútbol", explicó el DT.
Otro de los puntos que resaltó el entrenador, fue la desesperación de Colo Colo en el segundo tiempo, que jugó en favor de los visitantes.
Por su parte, Gabriel Caballero, autor del empate parcial para el cuadro mexicano, recordó su grato paso por Chile (fue goleador con Deportes Antofagasta), pero dijo que en la cancha se olvidaba todo y que estaba muy feliz de llevarse la copa desde el estadio Nacional.
"La gente antes del partido habló mucho, pero en la cancha marcamos la diferencia y fuimos más que Colo Colo", aseguró el volante hoy naturalizado mexicano.
Los jugadores de Pachuca se fueron de inmediato al bus que los transportó de vuelta al hotel, para celebrar junto a sus familiares, dirigentes y algunos hinchas que llegaron a la capital chilena para apoyar al cuadro mexicano, flamante campeón de la Copa Sudamericana.
