ROMA.- Los sprinters como el español Oscar Freire o el italiano Alessandro Petacchi saldrán una vez más en busca de un sueño que el sábado cumple cien años: la Milán-San Remo, gran clásica del inicio de la temporada.
En su centenario, la "classicissima" sigue fiel a su tradición, con un recorrido de 294 kilómetros sin grandes dificultades, pero que siempre es escenario de gran tensión. El pelotón saldrá del Castello Sforzesco, en pleno centro histórico milanés, para rodar durante más de seis horas hasta la Via Roma sin tener "un gran favorito", como decía el comisario técnico italiano Franco Ballerini.
Ninguno de los aspirantes se ha impuesto claramente al resto ni en la París-Niza ni en el Tirreno-Adriático, las dos pruebas por etapas que preceden a la Milán-Sanremo.
A menos que haya una escapada temprana, el desenlace de la carrera tendrá lugar al final, donde los sprinters suelen jugar al gato y al ratón con los atacantes que cuentan con la Cipressa y el Poggio, el último obstáculo a menos de 6 km de meta, para intentar ponerse por delante.
La mayoría de las veces, la clásica italiana se decide en el sprint de un reducido pelotón. Los más rápidos están convencidos de sus posibilidades aunque ninguno de ellos, como Alessandro Petacchi, haya dado garantías irrefutables estas últimas semanas.
El italiano, que dominó en 2005, tiene un aliado crucial en el alemán Erik Zabel, cuatro veces campeón en Sanremo pero que aún no ha recobrado su forma óptima desde que se fracturó la rótula izquierda hace un año. "Todavía no tengo la misma fuerza en las dos piernas", admite.
Sus rivales tampoco están al máximo. El belga Tom Boonen tiene dolores de espalda, el italiano Daniele Bennati no está tan impresionante como a comienzos de mes y, a falta de referencias (aunque Robbie McEwen o Thor Hushovd puedan dar la sorpresa), los pronósticos hablan del español Oscar Freire.
El tricampeón mundial, resistente, mentalmente sólido, rápido en el sprint, siempre lo ha hecho bien en la Via Roma: en seis participaciones, el ganador de la edición 2004 nunca ha bajado del séptimo puesto.
Italia, después de que Paolo Bettini se rompiera una costilla, confía más en Filippo Pozzato, campeón 2006. "Estoy en mejor forma física que el año pasado", advierte el interesado.