NUEVA YORK.- Nikolay Davydenko no suele faltar a las grandes citas, a los momentos clave de los grandes torneos y no ha pasado por alto las semifinales del Abierto de Estados Unidos, donde volverá a toparse con el suizo Roger Federer, el tenista intratable que ha impedido al ruso una repercusión mayor.
De origen ucraniano, nació en Severodonezk, Davydenko no ha ganado ninguno de los nueve enfrentamientos que ha mantenido con el helvético. Los más recientes a orillas de la disputa de un título. En puertas del triunfo.
El ruso, del que se ha hablado más en Nueva York de las acusaciones por sus presuntas participaciones en apuestas ilegales, no ha podido compensar con un triunfo sonoro su permanente estancia en la parte noble del ránking. Es el cuarto tenista del mundo. Hasta hace muy poco el tercero y acumula diez títulos en su historial, aunque este año aún lo tiene por estrenar.
Es el único de los semifinalistas que no ha perdido, en su trayecto, set alguno. Superó con solvencia y autoridad los choque contra el estadounidense Jesse Levine, con el alemán Nikolas Kiefer, con el español Nicolás Almagro, con el veterano coreano Hyung Taek Lee y con el alemán Tommy Haas en semifinales. Todos los ventiló por la vía rápida.
Pero dicha solvencia no amplía sus perspectivas de semifinales. Vuelve a toparse con Roger Federer, el número uno del mundo, que afronta la conquista de un nuevo Grand Slam, el duodécimo y su cuarta corona en Estados Unidos. La consecución de récords es la ambición de un tenista que lo ha ganado todo, a excepción de Roland Garros.
El helvético ha superado con aplomo sus compromisos y ha salido sobradamente airoso de los contratiempos que se ha encontrado en Nueva York. El español Feliciano López y el joven estadounidense Johan Isner han sido los únicos capaces de arrebatarle un set. Andy Roddick estuvo cerca. Pero cayó en tres mangas igual que antes lo hizo el norteamericano Scoville Jennings, una raqueta procedente de la ronda previa.
Pero ni las bondades del cuadro ni la falta de motivación para solventar los duelos previos alientan al ruso, que nunca ha inquietado al helvético. La última vez que le arrebató un parcial fue en el Abierto de Australia del pasado año. En las dos últimas ocasiones, en el escenario de ahora y en Roland Garros, Federer no perdonó ningún set.