Adrián Carucha Fernández buscando explicaciones en el cielo, por su bajo rendimiento.
Héctor Flores, El MercrurioSANTIAGO. - El consejo de presidentes de clubes del fútbol chileno aprobó el miércoles aumentar a siete el cupo de extranjeros en el fútbol chileno. La idea es potenciar los planteles para "ganar torneos internacionales", dicen los dirigentes.
Pero, ¿De verdad son un aporte los extranjeros que llegan a Chile? Algunos han sido gran aporte, como el caso de Alberto Acosta, Marcelo Espina, Néstor Gorosito, Leonardo Rodríguez, Raúl Aredes, Sergio Gioino, Carlos Gustavo De Luca, entre otros, pero también los hay de aquellos que no han rendido lo esperado y han sacado más risas que aplausos.
Casos en los últimos años hay muchos. El más recordado, el emblemático Adrián "Carucha" Fernández, jugador que llegó a Colo Colo como goleador y sólo marcó un par, uno ante Audax Italiano, y fue un golazo, pero la conclusión fue que le dio al centro, pero le salió al arco. Otro lo hizo en una goleada 7-3 de los albos ante Coquimbo.
Ese mismo año, el 2004, Ricardo Dabrowski sorprendió con la contratación de un trio de argentinos que por nombre prometía. El primero era "Carucha", pero junto a él aparecieron los nombres de Darío Verón y Darío Cajaravilla. Poco aporte para un equipo que adoleció de éxitos.
Ese mismo año llegó a Colo Colo un cuarto argentino, también avalado por el estratega: Germán Real. El trasandino llegó desde Unión de Santa Fé, con el cartel de goleador, pero fue lo que menos hizo. Los mejor de él fueron dos tantos que le marcó a Unión Española.
En Universidad Católica también hay de estos fenómenos. Uno de los más recordados fue la llegada de Edú Manga, Wagner y Alejandro Simionatto. Esta terna llegó en 1998, cuando la UC quiso jugársela con sus refuerzos, pero fallaron. El primero tuvo poca continuidad, el segundo jugó un partido y se lesionó de la rodilla, mas el tercero no tuvo posibilidades de estar en el terreno de juego.
Caso emblemático en San Carlos fue el arribo de Daniel Garnero en 1996. El argentino llegó para reemplazar a Néstor Gorosito, pero no le alcanzo ni para tiros libres. Lo despidieron con un buen finiquito a fin de año.
La U no escapa a la media. En la búsqueda de un 10 para reemplazar a Leonardo Rodríguez mandó a varios de vuelta. Arilson (2002), Ezequiel Amaya y Darío Cabrol (2003), Juan Pablo Raponi y Walter Ávalos (2004), no dieron el tono y debieron despedirse de Los de Abajo.
También está el recordado Fabián "Picaro" Fernández, que llegó en 1996 a la U, después de la obtención del bicampeonato. Fracaso absoluto el del argentino en el Nacional.
Otros de los nominados están en Cobreloa. En Calama no recuerdan con mucho agrado el nombre de Pablo Parmo, jugador argentino que llegó el 2006, desde Indonesia. De él más no se supo.
En 2005 está el caso del haitiano Fucien Brunel, mismo período del uruguayo Bryan Aldave.
Hugo Ovelar, Nicolás Asencio, Daniel Fernández y Eduardo Bennet también se incorporan en esta categoría del equipo naranja.
Uno jamás olvidado en la Segunda Región es Pablo Trobianni. Llegó en 1997, con un valor de 2 millones de dólares, pero tan caro fue su pase como el pasaje de regreso.
Son muchos en una lista interminable de jugadores que no dejaron huella en Chile, más que la rabia de los hinchas.