GELSENKIRCHEN, ALEMANIA.- El defensa mexicano de Barcelona, Rafael Márquez, descartó completamente que exista en el vestuario barcelonista la idea de que el técnico Frank Rikjaard esté sometido a un ultimátum por los últimos resultados del equipo catalán, especialmente por la derrota contra el Betis (3-2).
"Yo no creo que exista un ultimátum. Los jugadores estamos con el técnico. A él le avalan los resultados para continuar", precisó un Márquez mucho más cauto y menos atrevido que el que hace unos años, después de que el Barça ganase al Sevilla en el 2004 y el jugador asegurara que entre sus compañeros existía el convencimiento de que un nuevo tropiezo hubiese significado la destitución del entrenador holandés.
Rafael Márquez puntualizó que se encuentra al "cien por cien" de la lesión en el pie derecho, tras padecer un edema óseo. "Tengo aún molestias, pero son soportables,” aseguró.
El futbolista centroamericano rechazó que haya acelerado su recuperación para estar a disposición del FC Barcelona justo cuando ha llegado la Liga de Campeones. "Me he llegado a infiltrar en los entrenamientos, pero no para acelerar mi recuperación para este partido. Yo necesito golpear el balón y controlarlo con el pie derecho, y me hacía mucho daño".
Márquez, que lleva un mes alejado de los terrenos de juego (el último partido que jugó fue el Celtic-Barça), reconoció que durante este tiempo de baja ha estado "desesperado" por cómo iba el equipo y por no poder participar en los partidos.
A pesar de esta lejanía con el día a día del FC Barcelona, Márquez participó ayer, domingo, en el entrenamiento de su equipo, en el que algunos aficionados insultaron e increparon a los jugadores por los últimos resultados.
A Márquez, esta situación no lo inquietó, al asegurar que él se siente "tranquilo".
"Cada uno hace con su vida privada lo que quiere. Yo respondo en el campo. He rendido al máximo cuando he jugado. Las lesiones no me han dejado en paz. Paso de las malas críticas", subrayó.
