Martín Palermo y compañía dijeron adiós de la Copa Libertadores.
EFE
BUENOS AIRES.- Los futbolistas de Boca Juniors llegaron este jueves a Buenos Aires en silencio y visiblemente golpeados por la derrota de 3-1 ante el Fluminense en Río de Janeiro, que definió la eliminación del equipo argentino de la Copa Libertadores de América.
La victoria depositó a Fluminense en la final del torneo continental, donde enfrentará a la sorprendente Liga Universitaria de Quito, en un choque entre dos equipos que por primera vez en su historia pelearán el título de la Copa.
Tras aterrizar con una demora de dos horas, los jugadores de Boca se negaron a hacer declaraciones a los periodistas, que debieron conformarse con un escueto "está todo bien" del técnico Carlos Ischia, quien después del partido en el estadio Maracaná desmintió versiones sobre divisiones en el plantel.
Ischia, quien dijo estar orgulloso por la entrega de sus jugadores en el estadio Maracaná, había dicho la noche del miércoles que "no hay nada de eso" respecto de versiones de periodistas argentinos sobre divergencias de los jugadores tras la dura derrota.
Medios escritos y de la televisión argentina indicaron que el talentoso Juan Román Riquelme, quien rápidamente se fue a los vestuarios al terminar el encuentro mientras sus compañeros permanecían en el campo de juego, estaría enfrentado con algunos jugadores, aunque no trascendieron nombres ni causas.
Boca quería llegar una vez más a la final de la Copa, torneo que ganó en la temporada pasada.
En tanto, la prensa argentina lamentó la eliminación de Boca. "Sin campeón", "Carnaval Carioca", "Boca cayó a lo campeón en Brasil" y , "Boca cayó y se fue de la Copa" fueron algunos de los títulos sobre la derrota del equipo "xeneize".
