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Alemania aclama a Steiner, el gigante que dedicó el oro a su esposa muerta

El medallista de oro de la categoría sobre 105 kilos en halterofilia, ofrendó entre lágrimas a "la pequeña princesa" -como la llamaba- que murió hace un año en un accidente automovilístico.

20 de Agosto de 2008 | 08:18 | EFE

BERLÍN.- Alemania encontró a su héroe en los Juegos Olímpicos de Beijing en la figura de Matthias Steiner, quien dedicó entre lágrimas la medalla de oro de la máxima categoría (+105 kilos) de halterofilia a su esposa, muerta hace un año.


La foto de Steiner, con la medalla en una mano y la fotografía de su mujer, Susan, en la mano, ilustra este miércoles las portadas de grandes rotativos del país, desde el popular 'Bild', al prestigioso 'Süddeutsche Zeitung', que por esta vez coinciden en sus titulares.


"El alemán más fuerte del mundo", titula 'Bild', mientras que el diario muniqués lo hace con un muy parecido: "El hombre más fuerte de los Juegos". Otros diarios, como 'Die Welt', recogen la imagen de Steiner dando saltos de alegría antes de pasar al llanto emocionado.


La victoria lograda ayer por este atleta no es una más en el medallero de Alemania, que como muchas otras potencias deportivas ha encajado un par de decepciones -la mayor, la del gimnasta Fabian Hambüchen, al que se daba por oro seguro y se quedó en bronce-.


Detrás del éxito olímpico de Steiner hay una historia humana de las que hacen vibrar a todo un país pese a que su especialidad deportiva no esté precisamente entre las más populares.


"Espero que mi esposa muerta haya visto esto desde arriba", dijo Steiner ante las cámaras de televisión pública germana, tras recoger la medalla, y Alemania cayó rendida así ante su nuevo héroe.


Un año atrás, Susan, de 22 años, murió en accidente de automóvil, como recogen este miércoles profusamente los medios del país. El atleta perdió a la mujer a la que conoció a través de una carta que ella le envió, tras verlo en televisión, en un caso de amor a primera vista.


'Bild' relata con detalle la historia de amor entre "Teddy" -como ella le llamaba él, el apodo que se da a los osos de peluche- y "la pequeña princesa" -como él se dirigía a ella-, así como la convicción del gigante de que Susan, desde el cielo, le ha hecho llegar al oro.


"El oro que nos llegó al corazón", resume 'Bild', que asimismo se extiende en el "drama" de Hambüchen, para quien el bronce de ayer fue una especie de medalla de consolación, ya que aspiraba a un oro.

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