Carlo de Gavardo aseguró que la 5° etapa ''era como estar pasando después de una guerra''.
Prensa Carlo de GavardoSANTIAGO.- 01:30 de la madrugada de este jueves y Carlo de Gavardo no aparecía. Su último reporte transmitido cerca de las 21:00 por la organización lo ubicaba a solo 30 kilómetros del fin de la especial, en la quinta etapa del Rally Dakar Argentina-Chile 2009.
Algo pasaba que el piloto chileno no estaba en la línea de meta. "Fue una etapa sangrienta", ese era el comentario generalizado de los corredores que de noche
habían logrado llegar al fin de la especial.
Mientras unos pocos se preparaban para enfrentar una nueva etapa, la mayoría de los competidores se encontraba en el interior de la especial tratando de llegar a la meta de cualquier forma.
Entre ellos se encontraba Carlo de Gavardo, que tras una lejana partida desde Neuquén
(94 en el puesto de salida) comenzó a ver un verdadero infierno a medida que avanzaba, a pesar de llevar un excelente ritmo de carrera, que lo ubicaba dentro de los primeros 40
lugares.
Autos incendiados, camiones volcados, pilotos heridos, como si hubiese pasado un gran
batallón de guerra, destruyendo todo a su alrededor, era el panorama que observaba al pasar. Junto a su navegante Jean Brucy no podía creer lo que veían y a cada momento debían parar para ver que todo estuviera bien.
A ello se le suma una ruta extrema, soportando condiciones jamás vistas en una especial de rally: sol, alta temperatura, viento cordillerano, lluvia, granizos y hasta un poco de nieve.
"Era increíble ver lo que estaba pasando, junto a Jean quedamos absolutamente
asombrados de ver todo devastado a nuestro alrededor, era como estar pasando
después de una guerra y ver cómo la gente trataba de sobrevivir, claro aquí era
sobrevivir para una nueva etapa…", contó De Gavardo.
Agregó que "todos nos pedían agua, y que avisáramos que estaban bien, pero realmente era algo de lo que no queríamos ser protagonistas, Por ello estábamos muy concentrados en avanzar y evitar cualquier desperfecto mecánico".
La noche comenzaba a caer en las dunas de Nihuil, una lluvia de granizos recibía a Carlo de Gavardo en los últimos 20km. Ubicado en la posición 37, su Proto T3 se alistaba a cumplir el último tramo de la carrera. Sin embargo, en los últimos 15 kilómetros la historia cambió por completo.
A lo lejos divisaron una moto con un piloto acurrucado a su lado, una lluvia
fuerte no inmutaba en lo más mínimo a un cuerpo que al parecer ya se había dado por
vencido.
Se detuvieron a su lado y con fuertes gritos y masajes trataban de hacerlo reaccionar, y aunque no abría los ojos, sí tenía pulsación. Lo arrastraron hasta la parte de atrás del auto, (donde se encontraba el motor) y con el calor del tubo de escape comenzaron a reanimarlo.
"Nos impresionamos mucho, pensábamos que estaba muerto pero nuestra alma volvió
al cuerpo cuando constatamos que tenia pulso, tratamos de preguntarle el nombre
pero no respondía, después de un rato le entendí algo como Federico, pero a esa altura
no importaba; su vida era lo único que nos preocupaba. Estaba con hipotermia", reveló el piloto nacional.
Añade "si accionábamos su baliza, por la hora, tardarían mucho en llegar no podíamos dejarlo sólo no dudamos en llevarlo hasta la meta pues estaba cerca".
Una vez más compuesto lograron pararlo y lo sentaron en la cabina del Proto T3. Jean
Brucy se montó en la rueda de repuesto y avanzaron los últimos 15 kilómetros hasta llegar al fin de la especial, donde un equipo de control lo recibió.
"Había terminado una verdadera pesadilla para él y por supuesto para nosotros", aseguró.
Tras salir de la especial, Carlo y Jean un poco más aliviados, comenzaron a realizar el
último enlace. Sin embargo, a pocos kilómetros de llegar al Bivouac oficial el Proto T3 se
quedo sin bencina. La risa salto al interior de la cabina de pilotaje pues de todo lo vivido
esto era un "pelo de la cola".
A pesar de ya ser pasada las 2 de la madrugada, unos lugareños que apasionadamente esperaban el paso de los autos le dieron su apoyo y tras muchas experiencias vividas, Carlo de Gavardo comenzaba a ver la luz de la ciudad.
Ya en el campamento la desilusión fue mayor pues de toda la experiencia vivida, y la
constante lucha para llegar a la meta y conseguir mejorar su ubicación, les avisan que la
etapa fue suspendida en el Cp2….
Algo injusto por decir lo menos par a todos los pilotos que sobre el paso del Cp2 aún se encontraban en competencia. Muchos que habían abandonado el rally volvieron a sobrevivir, y un grupo de pilotos que tomó un sacrificio extremo para llegar al final, hasta hoy en la mañana no están siendo considerados en sus tiempos finales y se ubican muy cerca de quienes se salieron de la especial antes del Cp2, cuando ya todo estaba perdido.