LONDRES.- El presidente del organismo regulador del automovilismo, Max Mosley, dijo el domingo que recibe presiones para que siga al frente de la Fórmula Uno y desista de la decisión anunciada la semana pasada de no buscar la reelección.
Mosley dijo en un principio que renunciaría como presidente de la Federación Internacional del Automovilismo en octubre. Su decisión propició un acuerdo de concertación con la Asociación de Equipos de Fórmula Uno (FOTA, por sus siglas en inglés), la cual amenaza con crear una serie paralela si la FIA insistía en el plan impopular de establecer límites presupuestarios para el próximo año.
Sin embargo, la FOTA todavía tiene más de que enterarse de Mosley, según una entrevista con el Mail publicada el domingo, en la que el directivo, de 69 años de edad, dijo que algunos en el mundo del automovilismo quieren que busque un quinto mandato luego de 16 años en el puesto.
"Cometieron el error de bailar en mi tumba antes de estuviera enterrado", dijo Mosley, citado en la entrevista. "Estoy ahora bajo presión de todo el mundo para que busque la reelección".
Mosley afirmó que "auténticamente" quiere dejar el cargo. "Pero si va a haber un conflicto grande con la industria de los carros, por ejemplo, con los equipos de la FOTA, entonces no voy a parar. Haré lo que tenga que hacer. No acostumbro huir de una pelea".
Ahora también es evidente que la declaración, posterior a la concertación del miércoles, hecha por el titular de Ferrari, Luca di Montezemolo, que se refirió a Mosley como un "dictador" cuyo reinado había terminado, le dolió al presidente de la FIA.
"Al ir a Italia y decir a los medios de comunicación italianos que habían depuesto al dictador, di Montezemolo ha tratado de hacer parecer que yo estoy sentado aquí sólo para decidir lo que vaya a suceder", dijo Mosley. "Absolutamente es falso ... decir que yo dirijo una dictadura es un absurdo", finalizó.