LONDRES.- El estadounidense Andy Roddick derrotó hoy viernes al ídolo británico Andy Murray por 6-4, 4-6, 7-6 (9-7) y 7-6 (7-5) y jugará el domingo la final de Wimbledon ante el suizo Roger Federer.
Roddick, sexto jugador mundial, disputará su tercera final en la hierba londinense tras haber perdido ante Federer las de 2004 y 2005.
El estadounidense arruinó la ilusión de los británicos, que soñaban con que Murray acabara con una sequía de 73 años sin títulos locales en el All England Club.
"Jugué mi mejor tenis, a veces puedo hacer este tenis", dijo feliz Roddick por volver a una final de Grand Slam.
"No me daban muchas posibilidades, él tenía toda la presión y probablemente eso me ayudó", dijo el ex número uno del mundo.
"Hoy jugué muy bien. Hace dos años no sabía si podría pelear de nuevo por un título, pero lo he logrado", señaló el renacido Roddick.
Con Federer tiene un balance de 18-2 en contra, pero Roddick mantiene la esperanza. "Los últimos partidos han sido muy cerrados", recordó el estadounidense, que hoy engordó su favorable estadística en los tie-breaks: 249 ganados y 141 perdidos.
Por su parte, Federer derrotó hoy al alemán Tommy Haas por 7-6 (7-3), 7-5 y 6-3 y se clasificó así para su séptima final seguida de Wimbledon, y la número 20 de Grand Slam, dos récords históricos.
El domingo podrá lograr una marca aún más importante aún: ser el único de la historia con 15 títulos de Grand Slam, rompiendo así el empate a 14 con el ya retirado estadounidense Pete Sampras.
El duelo entre "Andys" continúo con la excelencia dejada minutos antes por Federer y por Haas.Sus estilos diferentes brindaron un espectáculo animado. El mejor sacador, Roddick, contra el mejor al resto, Murray.
El estadounidense, más delgado, paciente y capaz de desafiar de igual a igual a los más grandes de nuevo, hizo gala de su juego plano, de su efectivo primer servicio, de un juego tan firme como el que le llevó a ser número uno del mundo y dos veces finalista en Wimbledon.
Murray, ajeno a la presión de tener a las 15.000 personas de la central detrás de él en representación de todo el Reino Unido, mostró un juego más sutil, más variado, lleno de golpes ganadores.
Roddick aprovechó el único punto de quiebre del set para llevarse el parcial. Murray, alentado por la central de Wimbledon, respondió quebrando en blanco en el inicio del segundo set. Un empujón de moral para no caer en el desánimo y una ventaja que aprovechó para igualar el partido.
En el tercer set desaprovechó de inicio un 0-40. Roddick lo levantó con cinco puntos seguidos y luego quebró para 3-1 con un juego agresivo de saque y volea que mantenía a Murray muy atrás, siempre a la defensiva.
Roddick sacaba para ganar la manga, pero Murray renació y con un primer saque más acertado llevó el set al tie-break. Nadó pero murió en la orilla. Tuvo punto de set, pero Roddick se impuso por 9-7.
El cuarto también se decidió en el tie-break y de nuevo Roddick hizo valer su servicio para dar la sorpresa y aguar la fiesta británica.