BARCELONA.- El número uno del equipo checo, Radek Stepanek, se quedaría "gustosamente jugando diez horas" si ese fuera el tiempo necesario para ganarle un punto a España en la final de la Copa Davis que ambos equipos disputarán este fin de semana en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Para Stepanek "el tiempo que estés en pista no importa, porque lo único importante es la victoria del equipo".
Por eso, no le importó jugar seis horas contra Ivo Karlovic en las semifinales ante Croacia y, al día siguiente, disputar con Tomas Berdych el punto de dobles, que también ganó.
De hecho, él y Berdych juegan todos los puntos de su equipo. Ni siquiera un consumado doblista como Lukas Dlouhy -tres presencias en el Masters- tiene la oportunidad de darles relevo en el partido del sábado.
"Ya sé que el especialista soy yo, pero con ellos siempre ganamos, así que cuando juegan lo que hago es sentarme y disfrutar", explicó.
En ese sentido, el capitán de la República Checa, Jarsolav Navratil, tiene poco trabajo. "España es favorita. Tiene al número dos del mundo (Nadal), que además sólo ha perdido un partido de Davis, pero nosotros tenemos a Radek y Tomas, que son dos jugadores muy fuertes", destacó.
Navratil tiene ante sí la oportunidad de pasar a la historia como el seleccionador que dio a los checos la primera Davis de su historia. Hace 29 años que no juegan una final y entonces fue bajo la bandera la de la antigua Checoslovaquia.
Navratil es consciente de que en el doble checo es su punto fuerte, "pero lo será mucho más si llegamos al sábado con 1-1 que con un 2-0 en la eliminatoria".
Berdych podría abrir la llave con Nadal. "Sé que para ganarle aquí tendré que dar más del cien por cien", apunta el jugador que protagonizó un incidente con el número dos del mundo hace unas temporadas tras vencerle en el Master Series de Madrid.
"Eso se solucionó muy poco tiempo después. Ahora tenemos una buena relación y se puede decir que somos amigos", sentenció.