ABU DABI.- Barcelona impuso este miércoles el valor de la lógica y el domingo jugará la final del Mundial de Clubes que se disputa en Abu Dabi ante el equipo argentino Estudiantes de La Plata, al ganar por 3-1 al Atlante mexicano, que aplicó dignidad en la derrota.
El Atlante se adelantó con un gol de Rojas, pero el Barcelona volteó el marcador con los tantos de Sergio Busquets, Lionel Messi y Pedro, que reflejaron la superioridad del campeón de Europa, más aplicado en la segunda parte.
El Barcelona nunca se encontró cómodo en la primera mitad. El Atlante formó una tela de araña en el centro del campo y se juntó mucho con la línea defensiva, dificultando notablemente el juego combinativo del equipo español.
Guardiola ofreció una alineación con varias sorpresas, incluyendo a Rafa Márquez, Sergio Busquets o Pedro, jugadores habitualmente suplentes esta temporada. Como se sospechaba, el argentino Messi se quedó en el banquillo por su esguince de tobillo.
Más extrañó la suplencia del francés Thierry Henry.Pero el Barcelona tardó poco en darse cuenta de que tenía delante un rival más fiero de lo que muchos presumían. Así, el Atlante sólo tardó cinco minutos en adelantarse.
El gol fue extraño, con regalos defensivos encadenados del Barcelona. Vilar lanzó en largo desde su arco, la zaga española se despistó, Víctor Valdés salió mal y Rojas estuvo más listo que nadie para superar por alto al arquero azulgrana.
El Barcelona no supo cómo reaccionar, especialmente porque le faltó fútbol. Jugó muy lento, con pocos desmarques, y el Atlante sufrió poco. El equipo azulgrana sólo lo intentaba desde lejos y Vilar apenas intervenía. Pero la estrategia acudió al rescate del Barcelona, que en los últimos tiempos suele sacar bastantes beneficios del balón parado.
El empate llegó a los 34 minutos tras un saque de esquina, una prolongación al segundo palo y un remate de primera de Busquets.Todavía le quedó al Barcelona tiempo para voltear el marcador, pero Dani Alves no supo concretar ante Vilar en el tiempo de descuento.
En cualquier caso, el Barcelona no merecía más premio.Otra cosa fue lo que sucedió tras el descanso. Guardiola tenía en el banquillo un Balón de Oro y lo sacó. La entrada de Messi dinamitó el encuentro y allanó el pase del Barcelona a la final.
Guardiola se dio cuenta de que le sobraba un centrocampista y quitó a Touré Yayá para situar a Messi, autor del segundo gol. La jugada fue una maravilla, llena de toques hasta llegar al pase final de Ibrahimovic. Messi pisó el área como un gigante y marcó con calidad.
Era otro Barcelona, más parecido a su versión triunfal. También fue creciendo Iniesta, quien posibilitó la sentencia. A los 66 minutos, el pequeño centrocampista realizó una jugada magistral y dejó solo a Pedro, quien superó con facilidad a Vilar.
El joven canterano marcó en cada una de las seis competiciones que ha disputado este año el Barcelona, lo que habla de su capacidad para hacer goles en los grandes compromisos. El partido se acabó en esos instantes, tal era la superioridad del campeón de Europa, aunque el Atlante aplicó dignidad en la derrota.
Hasta tuvo un par de ocasiones para marcar, pero nunca dio la sensación de tener lo suficiente para inquietar el triunfo del Barcelona. El conjunto azulgrana impuso el valor de la lógica y jugará la final del Mundial de Clubes con el propósito de despedir de la mejor manera un año histórico, en el que lo ganó todo. El Estudiantes es su última piedra en el camino.