Rafael Nadal vuelve a tocar la gloria en París y se aferra al número uno del mundo

SANTIAGO.- En un increíble encuentro, el español Rafael Nadal (1° de la ATP) se consagró campeón de Roland Garros después de conseguir su sexta corona en París tras doblegar a Roger Federer (3°) por parciales de 7-5, 7-6, 5-7 y 6-1.

Durante las tres horas y cuarenta minutos que duró el duelo, tanto el español como el suizo dieron una exhibición del más alto nivel, en una de las finales más disputadas entre ambos tenistas en el polvo parisino. Con esta victoria, Nadal igualó el récord de Björn Borg con seis coronas en el segundo Grand Slam del año y de paso mantuvo el número uno del mundo.

En el primer parcial, Roger Federer salió con todo y lo demostró con un sólido servicio y una potente derecha: El helvético superaba al español por 5-2. Pero con Nadal nunca se sabe.

Con un sólido juego desde fondo de cancha, Nadal ganó cinco juegos seguidos (con dos quiebres de servicio) para quedarse con el primer parcial por 7-5 en 62 minutos.

El inicio de la segunda manga comenzó de la misma forma como terminó la primera, con un "Rafa" totalmente encendido ya que no se demoró demasiado para quedarse con el servicio del ex monarca del tenis mundial. Así, en cosa de minutos, Nadal quedó 4-2 arriba.

Lo que vino después fue emoción pura. Roger Federer recuperó el quiebre y se puso 4-4, pero Nadal, con un excelente servicio volvió a quebrar y dejar la historia 5-4 a su favor. Cuando servía por el segundo set, el partido se suspendió por lluvia.

Cuando se reanudó el tenis, Nadal tuvo un set point, pero Federer quería dar pelea y lo hizo: Le quebró el servicio al español e igualó todo en 5. Así, ambos mantuvieron su saque y llegaron al Tiebreak, en donde el español no tuvo problemas para cerrarlo por 7-3.

En el tercer parcial, la emoción estuvo aún más presente. En el sexto game, Nadal le quebró el servicio a Federer y se puso 4-2, pero acto seguido el suizo hizo lo propio y finalmente con su servicio dejó las cosas 4-4. En el game número 11, Federer volvió a hacerse con el saque del español y en el siguiente cerró la historia a su favor por 5-7.

Ya en el cuarto set, la historia cambió totalmente a favor del número uno del mundo — y quizás el mejor de todos los tiempos sobre tierra batida según indican los expertos — cuando quebró en los juegos 4 y 6. Todo lo cerró con un error no forzado del suizo para gritar más fuerte que nunca ese "Vamos" que tantas veces se escuchó en París.