Claudio Bravo: El capitán de la selección chilena prácticamente no tocó ni una vez la pelota con sus manos. No le llegaron, excepto en el gol. Ahí, estuvo muy mal: de manera inexplicable intentó ir a buscar un débil cabezazo con su mano izquierda cuando todo indicaba que había que lanzarse a mano cambiada. Y eso fue todo.
Pablo Contreras: Fue el más sobrio de la zaga chilena. No brilló, pero no tuvo errores en los escasos ataques de los mexicanos. En la ocasión que aceleró y complicó Giovani dos Santos el experimentado defensa se barrió bien y se interpuso entre la pelota.
Waldo Ponce: El mejor de la defensa chilena. Nunca se desesperó, salió jugando y lanzó pelotazos criteriosamente. Estuvo muy bien en las coberturas y, en un par de malas salidas de Jara, fue solidario. En el último minuto sacó el empate con el rostro, cuando Bravo estaba desparramado y vencido en el suelo. Salvó dos puntos; en el podio de los mejores.
Gonzalo Jara: El defensa que milita en Inglaterra causó muchas dudas atrás. Los primeros 20 minutos su lado, el izquierdo, fue el único recurso que tuvo México para hacer algo de daño. Y aunque después se afirmó, nunca terminó de convencer. Por ahí puede ir un cambio ante los uruguayos el viernes.
Mauricio Isla: Muy regular el del Udinese. Siempre pasando por la derecha, colaborando en la marca y generando bastante peligro. Nuevamente se juntó mucho con Alexis, siendo la principal sociedad. Lo único criticable es su timidez a la hora de tener que pisar el área: tuvo oportunidades para rematar y no lo hizo.
Gary Medel: Otro que anduvo muy bien. Jugó como lo viene haciendo en el Sevilla, parado unos metros adelante de la línea defensiva y recorriendo de manera horizontal toda esa zona. Su tarea ayudó a que el otro contención, Vidal, se soltara más para ayudar en la creación de fútbol.
Arturo Vidal: A diferencia de la prueba que tuvo junto a Medel en la gira Europea, ahora se entendieron a la perfección. La tarea del jugador de Leverkusen tuvo tintes de un antiguo "ocho", colaborando en ambas zonas. Eso sí lo hizo mejor en defensa. También llamó la atención que cuando ocupó el lugar de Beausejour fue más decisivo: hizo diagonales y remató al arco. Qué decir del golazo de cabeza que le dio el triunfo a Chile y lo dejó líder de su grupo.
Jean Beausejour: Aunque empezó bien de a poco pareció que jugaba a otro ritmo que el de sus compañeros. No lo hacía mal, no cometía errores, pero lentificaba los ataques de la "Roja" y permitía que México se ordenara atrás. Su salida (y la entrada de Paredes) le cambió la cara al equipo.
Matías Fernández: Intermitencia es la mejor palabra que define el partido del volante de creación que tuvo Chile. A ratos entraba en lagunas y obligaba a que Sánchez asumiera de conductor. En otros momentos un amague suyo y un pase de esos que parecen simples abría la defensa azteca. Igual, Matías quedó en deuda con respecto al nivel que se le vio en los últimos tres amistosos.
Alexis Sánchez: Aunque no juegue su mejor fútbol, es el hombre indispensable en el equipo de Borghi. Estuvo en todos lados. Recuperó pelotas, generó fútbol, intentó remates de distancia. Se nota que tiene hambre de destacar, de "romperla" como suele decir él. Tuvo su oportunidad a los cuatro minutos, pero se lo perdió solo ante Michel. Actuación esperanzadora la de AS7.
Humberto Suazo: El "Chupete" fue al sacrificio, estuvo todo el partido entre medio de dos centrales y le costó bastante. Además las dos ocasiones claras que tuvo se las tapó Michel y eso le quitó confianza, porque cuando tuvo chances de rematar después de eso prefirió descargar. Lo positivo fue que no se quedó estacionado en el área y buscó juntarse desde atrás.
Esteban Paredes: Su ingreso le cambió la cara a Chile y obligó a México a salir un poco. Seis minutos después de ingresar empató con el oportunismo que se le pide a un delantero. Tras esta actuación parece ser la alternativa ideal para destrabar un partido en que el rival se mete todo atrás.
Carlos Carmona y Marco Estrada: Los volantes de contención reservas de la "Roja" tuvieron pocos minutos en cancha. Trataron de mantener la pelota lejos del arco de Bravo, que sobre el final sufrió bastante.