SANTIAGO.- Un día antes del trascendental duelo clasificatorio entre Chile y Bolivia, el intendente regional Juan Antonio Peribonio, junto con autoridades de Carabineros y la ANFP, visitó el Estadio Nacional para cerciorarse que todas las emdidas de seguridad estén funcionando correctamente.
En la ocasión, la máxima autoridad regional estableció que las puertas del recinto ñuñoíno se abrirán tres horas antes del pitazo inicial del árbitro uruguayo Darío Ubriaco.
Es decir, desde las 17:30 horas podrán hacer ingreso los cerca de 45 mil hinchas que agotaron todas las entradas para el cruce entre chilenos y altiplánicos.
El intendente Peribonio indicó que "el fútbol es una fiesta y hay que vivirlo como tal. Por lo tanto, no podemos dar espacio a los desórdenes y la violencia de los mal llamados hinchas que le hacen mal al deporte chileno".
La primera autoridad regional agregó que se tomarán todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad no sólo de los asistentes, sino que también de los vecinos del entorno del Estadio Nacional. "Nuestro objetivo es devolver el fútbol a la familia. Que los padres puedan asistir sin temor acompañados de sus hijos", sostuvo.
Debido al encuentro se prohibió la venta de alcohol tres horas antes, durante y dos horas después del encuentro a cinco cuadras a la redonda del Estadio Nacional.
Además, Transantiago reforzará el recorrido de los troncales 103, 106, 210, 213, 506, 507 y 508. Estos recorridos pasan por el Estadio Nacional y llegan hasta comunas tan distantes como Puente Alto, La Florida, Pudahuel, Providencia, Peñalolén, Maipú y San Joaquín. Se dispondrá de una mayor frecuencia de buses dos horas antes y dos horas después del encuentro.
Para el encuentro, la Intendencia exigió a los organizadores la asistencia de 400 guardias, dos megáfonos, 23 paletas detectoras de metales y tres ambulancias. Además se utilizarán 92 torniquetes, lo que soporta un aforo de 45 mil.