BRASILIA.- Brasil rechazó las manifestaciones del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien dijo que podría haber sido un error designar al país sudamericano como sede del Mundial de 2014 por la ola de protestas que vivió el país durante la Copa Confederaciones en junio.
El Ministerio de Deporte dijo a través de su oficina de prensa que Brasil es un país democrático que respeta la libertad de expresión de sus ciudadanos, con lo que defendió el derecho de manifestación en las calles.
"Si esto vuelve a suceder (protestas en las calles) tendremos que preguntarnos si tomamos la decisión equivocada al otorgar la sede" a Brasil, dijo Blatter en declaraciones a la agencia alemana de noticias DPA.
Brasil respondió que la organización del reciente torneo intercontinental puso en evidencia la capacidad del país de albergar el Mundial.
"El éxito de la Copa Confederaciones comprueba el acierto de haber escogido a Brasil como sede de la Copa del Mundo", señaló el Ministerio de Deporte en un correo electrónico enviado a The Associated Press.
El breve texto agregó que "sobre las manifestaciones, Brasil es un país democrático que garantiza a sus ciudadanos la plena libertad de expresión". La presidenta Dilma Rousseff también expresó su respaldo al movimiento popular.
Una ola de protestas estremeció el país en la segunda quincena de junio, en momentos que se realizaba la Confederaciones, en demanda de mejor transporte, salud, educación, y en protesta por los elevados gastos en la organización del Mundial.
Según Blatter, las protestas fueron señales de alerta para el gobierno y el parlamento brasileños. "Estamos convencidos de que el gobierno y especialmente la presidenta, encontrarán las palabras y las acciones para evitar que se repitan. Tienen un año para hacerlo", dijo Blatter.
Los comentarios de Blatter no fueron el primer altercado entre la FIFA y Brasil. El año pasado, el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, generó irritación en el gobierno brasileño cuando dijo que el país necesitaba "una patada en el trasero" por considerar que estaba atrasado en las obras para el Mundial.