El "Matador" se echó al equipo en los hombros y Chile volvió al triunfo.SANTIAGO/LA PAZ.- Chile consiguió su triunfo más importante a nivel internacional en los últimos cuatro años, el sexto de su historia en Eliminatorias y el primero ante Bolivia en La Paz. Ganó 2-0, abusando de la luz de un Marcelo Salas absolutamente descollante, que fue la inyección perfecta para reinsertar al equipo de Juvenal Olmos en la carrera por uno de los lugares en el Mundial de Alemania.
Desde temprano se observó a un equipo superior en la cancha del "Hernando Siles". Qué cápsulas hipobáricas, qué aclimatación en Calama, qué pasto mojado (la obsesión de Olmos cuando dirigía a la UC). La razón tiene nombre de "Matador", del respeto que le debieron los bolivianos al temuquense y la forma en que se echó a la "Roja" al hombro.
Todo pasaba por él. Fue el líbero del mediocampo chileno, bien escudado por el derroche físico de Fernando Martel y Mark González. A sus espaldas apareció Patricio Galaz, pero el veloz ariete careció de pureza en el finiquito. Además, José Carlo Fernández, el arquero boliviano, se había metido en la cabeza la responsabilidad de apoyar todos los desaciertos de su zaga.
Pero el dominio era indesmentible, aunque González y Moisés Villarroel se mostraban incapaces de entregar un balón con ventaja. Falta de Limbert Pizarro a Galaz, tiro libre que pateó el chileno Salas con una zurda anguladísima, Villarroel impactó el rebote de cabeza y abrió la cuenta merecidamente. Mucho premio para el colocolino, pero ajustadísima conquista para el equipo nacional. Pregunta: ¿No sacó la zurda de Salas dentro del arco, el "Gato" Fernández?
La ventaja calmó los ánimos y sobre todo, sirvió para estructurar ese espíritu deslavado en tanto revés. Ese que obligó a pensar en que aún quedaba mucho tiempo por responder.
El inicio del complemento fue
como en el librito. La "Roja" se replegó ante los embates bolivianos y Nelson Tapia aprovechó de sacar tres remates con malas intenciones. Juvenal Olmos buscó el equilibrio retirando a un nublado Patricio Galaz y al desbordado Moisés Villarroel. Ganó el balón con Claudio Maldonado... y Mauricio Pinilla, bueno, así es Pinilla. Pura chispa.
Por pasajes se apreciaba una idea de juego, quizás aquélla de los últimos veinte minutos ante Argentina y otros diez ante Uruguay. Mérito para el cuestionado Olmos, que finalmente puede establecer cómo juega su equipo. El tema es que Pinilla entró para liquidar, tres minutos tardó en desbordar con ventaja, librarse de tres marcas, ejecutar un centro para Salas, que el "Matador" no tocó y permitió el empalme de Mark González en el segundo palo (59'). Fue el 2-0 parcial, que dejó
groggy al local.
El control permaneció en las piernas nacionales, máxime cuando cada intentona del equipo de Nelson Acosta finalizaba en los desbordes estériles del buen Limbert Méndez, siempre capturados por los diligentes Olarra y Rojas. En el otro arco, Chile se farreaba el K.O. Con Salas prácticamente reventado y Pinilla sobrado ante la débil marca altiplánica. Lo bueno era que el reloj corría raudo.
Y así se fue el tiempo, entre los oles y la rechifla para Nelson Acosta. Renace el fútbol criollo con la esperanza que pocos tenían, gracias al genio de Marcelo Salas. El salvavidas de la selección y de todo el balompié nacional.
Pormenores
Eliminatorias Sudamericanas, quinta fecha
Estadio "Hernando Siles" de La Paz
BOLIVIA: Fernández; Sánchez, Peña, Pizarro; Suárez (46', Gatty Ribeiro), Reyes (62', Vaca), Angulo, Pachi; Da Rosa; castillo y Botero (46', Méndez). DT: N. Acosta.
CHILE: Tapia; Rojas, Vargas, Olarra, Pérez; Villarroel (56', Maldonado), Meléndez; Martel (75', Valenzuela), Mark González; Salas y Galaz (56', Pinilla). DT: J. Olmos
Árbitro: Claudio Martin (ARG)
Goles: 0-1, Villarroel de cabeza (38'); 0-2, Mark González (59').
T. Amarilla: Reyes, Pizarro, Angulo (Bol); Salas, Mark González (Ch)