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Una estrella

22 de Junio de 2007 | 12:18 | Amanda Kiran
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PWCC

Todo niño lleva un secreto consigo. Todo niño que lleve en su corazón la pasión por un deporte. No importa cual sea el deporte. La pasión es lo que te lleva a ese sueño secreto. Aunque ya no seas niño cuando la cumples. Porque adentro siempre somos niños.


¿Cuál es ese sueño deportivo de todo niño? Salir campeón.


Desde que se inició el torneo nacional en 1976 sólo recuerdo haber visto a cuatro equipos que han salido campeones. En la primera edición fue Concepción Country Club y luego Manquehue, quienes ganaron consecutivamente. Hasta que a finales de los '90 Sport Francés los derrotó por primera vez.


Los títulos siempre los ganaba Manquehue en férrea disputa con Concepción. Los '70 y '80 y principios de los '90 fueron completamente dominados por los alemanes, quienes integraban la selección chilena casi en su totalidad.


A principios de los '80 el Prince of Wales Country Club (PWCC) sólo conseguía un par de nombres en la selección: Maldonado era uno de ellos. Clásico entrenador y compañero de la disciplina de este club, que siguió firme, aportando, hasta con hijos a la rama del deporte. Siempre apasionado, siempre fiel.


A fines de los '80, el PWCC y Concepción Country Club lograban más cupos en el equipo nacional, pero siempre Manquehue dominaba. Sólo a principios de los '90, con Michael Stockins, Jaime Valenzuela, Bofill y Rodrigo Hernández en el seleccionado, más la incorporación de la nueva camada proveniente de la Sub 18, el PWCC se puso a nivel.


Creo que fueron los años 1992, 1993 y 1994 los que se peleó por el campeonato. No sé cómo no se logró. Siempre se perdió con Manquehue. Incluso una vez se perdió con gol de oro. Eso dolió. Hasta la hinchada quería llorar. El equipo tenía garra, pero Manquehue aún conservaba una superioridad. Y no soltaba su liderazgo.


Así se vio llegar el reinado de Sport Francés, que si la memoria no falla, logró sacar 6 coronas consecutivas. El deporte de nuestros amores se fue a cancha sintética y nuevamente nos quedamos atrás. Nunca se partió a entrenar fuera del club. Y no había aún presupuesto para hacer una sintética.


Entonces, era notoria la diferencia. Se jugaba con pelota de trapo y los demás con pelota de plata. Era así la diferencia. En el campeonato se volvió a retroceder.


Hace dos años que se iniciaron los entrenamientos en cancha sintética y llegó un entrenador de entrenadores. Cabeza de entrenador, podríamos llamarle. Asesorando los entrenamientos.


Se eligieron las personas para trabajar. Se "eligieron" entrenadores de mucha experiencia internacional para nuestras divisiones inferiores. Se ha trabajado con los colores, con el emblema del club, para generar un sentido de pertenencia. Si bien esto es incipiente, es la misión que se ha puesto. Nadie puede decir que haya uno u otro factor más preponderante. Pero todo ayuda.


Los jugadores han entrenado a conciencia. El cuerpo técnico ha ocupado muchas horas en conseguir lo que más le faltaba al primer equipo de hombres: jugar en equipo. Tácticamente evolucionar para buscar objetivos claros. Savia nueva mezclada con experiencia y con el pasado latente.


Y cuando las cosas resultan, los resultados llegan. Cuando llegan los resultados, entonces aparece el equipo, la camiseta, la hinchada, la mística, el amor propio.


Así llegó la final del pasado sábado. Un día antes de la de Colo Colo campeón. Con bastante menos cobertura, menos apoyo económico, menos glamour, pero más pasión, por el sólo hecho de ser amateur.


Se llega de visita a la mejor cancha que tiene Chile. A las 16:30 de la tarde. Con un increíble frío de un ocaso a pocos días de ser invernal. Se llega a jugar la ansiada final, esperada por varias décadas.


La hinchada, la cancha, 16 jugadores, cuerpo técnico, la historia, el presente. No vamos a relatar el partido ni nombrar a los goleadores. No es necesario. Porque son demasiados. Un trabajo realmente en equipo de más de 30 años.
 
Ese grupo amarillo apasionado se mantuvo en pie firme sobre la cancha. Se logró un sufrido y emocionante 3-3, y se fue al alargue para ganar de la forma más emocionante. Gol de oro.


Llega el golazo de oro. Hecho por los 16 del plantel del PWCC, por el cuerpo técnico y todo el club, que miraba de cerca y de lejos.


Todos. Antiguos, nuevos, futuros, todos unidos en este triunfo que se disfruta el triple cuando llega después de tanto tiempo. Incluso por muchos de los de afuera, disfrutando, ya que alguna vez estuvieron dentro. Estuvieron de corto, pero hoy deben gozar el triunfo de corbata, aunque no se saboree igual.


Pero por sobre todo 16 hombres que esta semana no se pudieron despintar la sonrisa de la cara.


¡Felicidades a ellos, especialmente. Ahora se inicia la racha amarilla!


PWCC 1, campeón del Apertura 2007.

Si quieres ver o sentirte parte de la emoción, entra.

Amanda Kiran
akiran@mercurio.cl

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