Madariaga en su juventud pensó estudiar arquitectura, pero la influencia de su padre y su hermano la llevó al mundo de las leyes.
Archivo El MercurioSANTIAGO.- Pese a cargar con un cáncer que se le detectó en sus mamas a principios de 2004 y a la generalización de éste con 38 ganglios afectados y que la tuvo desde 2006 permanentemente de visita en la clínica, Mónica Madariaga (25 de enero de 1942) no dejó de hacer una vida normal. Hasta la semana pasada realizaba sus clases en la Escuela de Derecho de la Universidad de las Comunicaciones (Uniacc) y en enero de 2008 y 2009 asistió a la ceremonia de titulación de los nuevos profesionales de esa casa de estudios.
Madariaga siempre se las ingenió para destacar en el mundo de los estudios. Los primarios los realizó en el Colegio de las Religiosas Ursulinas (1949-1951) y en la Compañía de María (1952- 1953), luego pasó al Liceo de Niñas N° 7 (1959-1963).
Católica, apostólica y romana más por su formación de colegio que por la del hogar. Su padre (Carlos Madariaga) era católico y su madre (Laura Gutiérrez) sumamente religiosa, de mandas y de rosario. "Yo soy de término medio. Soy gran admiradora de la liturgia, porque considero que acerca a la Majestad de Dios", dijo más de una vez.
Tenía afición y facilidad por el dibujo "que me salían bien". Esta aptitud la llevó a pensar que su realización la encontraría en la arquitectura. Sin embargo, su padre y su hermano a fuerza de convencimiento la hicieron desistir de la idea, porque intuían en ella una jurista nata y aunque le costó aceptar la idea, el tiempo le dio razón a sus consejeros. Obtuvo el puntaje más alto de Bachillerato en Letras del país y dio su gran primer salto a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, donde desarrolló su formación como abogado entre 1959 y 1963.
Estudiosa y con un gran espíritu de superación, varias veces reconoció que desde tercer año de leyes, nunca sacó otras notas que no fueran "coloradas" y que las pocas "blancas" en los primeros años, le daban rabia en parte por orgullo, porque en esa época se sentía con el deber de demostrar que las mujeres no iban a la universidad a perder el tiempo, sino porque querían ser buenas profesionales.
Cuando cursaba su penúltimo año en la U, ingresó a la Contraloría General de la República donde ganó un par de concursos hasta llegar a ser designada Jefe del Comité de Previsión Social del Departamento Jurídico.
El Colegio de Abogados le otorgó distinción especial por la práctica obligatoria que cumplió para alcanzar su título, el que obtuvo en abril de 1966 y recibió distinción máxima en el examen de licenciatura profesional de abogado. Su memoria de tesis fue "Derecho Administrativo y Seguridad Jurídica", aprobado con máxima distinción.
Cuando fue designada Ministra de Justicia (1977-1983) por su primo y entonces Presidente de la República, Augusto Pinochet Ugarte, recibió innumerables ramos de flores, que su madre envió a adornar la tumba del padre de la entonces ministra que había muerto en 1973. "Mi madre lo hizo como una manera de hacerlo participar de este momento que desgraciadamente, no pudimos compartir juntos, lo que me causó una profunda emoción".
Una de su principales funciones en el gabinete fue su participación en la redacción de la Constitución Política de 1980 y el decreto Ley de Amnistía.
En 1983 fue designada Ministra de Educación y traspasó a esa cartera su sello de mujer firme, de estricta disciplina y orden.
Tras el término del gobierno militar y el regreso a la democracia, Mónica Madariaga asumió la rectoría de una universidad privada y fue candidata a senadora de la circunscripción 9 (Región de O'Higgins), por la Unión de Centro Centro Progresista en las elecciones parlamentarias de 1997, donde no resultó electa.