Desde que Bielsa ingresó a La Moneda dio la impresión de que quería retirarse lo más rápido posible.
Alex Moreno, El MercurioSANTIAGO.- Cuando el Presidente Sebastián Piñera fue hasta Juan Pinto Durán para despedir y desearle suerte a la selección chilena en el Mundial, nadie quedó indiferente al frío trato que Marcelo Bielsa le brindó al Mandatario.
Por eso, esta mañana cuando Piñera se aprestaba para recibir a la "Roja" tras su participación en Sudáfrica, todas las miradas estaban puestas en como reaccionaría esta vez el entrenador rosarino.
La primera muestra de que nada cambiaría entre Bielsa y el Jefe de Estado fue cuando el subsecretario de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, recibió al plantel a la entrada del Palacio de Gobierno y el DT sólo lo miró, mientras los futbolistas lo saludaban cariñosamente.
Una vez en el Salón Azul el ambiente se tensionó. Uno a uno pasaban los jugadores y le daban la mano a Piñera. Se acercaba el turno del argentino.
Y fue tal como todos lo esperaban (y otros temían). Bielsa pasó a un lado del Presidente, le hizo una leve venia con la cabeza y sólo le estrechó la mano cuando Piñera, que reaccionó rápidamente, le estiró el brazo.
Eso fue todo. No hubo más miradas entre el estratega trasandino y el Presidente, que esta vez ni siquiera lo nombró en su discurso. Ni con apodo ni apellido. Simplemente prefirió dejarlo pasar.