Muslera no puede alegar por el sol ayer; se jugó de noche.
AFP
SANTIAGO.- Primer acto: Alexis Sánchez a los 38' recibe un buen pase de Mauricio Isla, se saca la marca de dos defensores y saca un fuerte remate que le sale al medio del arco. Para suerte del tocopillano, el arquero uruguayo Fernando Muslera opone poca resistencia y el estadio Monumental grita el primero de Chile.
Segundo acto: A los 74' Arturo Vidal, como es su costumbre, se atreve a sacar un disparo desde unos 28 metros y, nuevamente, Muslera está demasiado débil. Abrazos y gol de la "Roja".
Ante Uruguay fue un claro triunfo de la selección, porque dominó a los cuartos del mundo y se dio el lujo de no dejarlos hacer mucho.
Pero, claro, si no fuese por el portero charrúa (quien realmente tuvo una actuación poco digna de un animador de la liga italiana, una de las más competitivas del mundo), ese dominio quizás hubiese terminado en un indecoroso 0-0.
Muslera, meta titular de la Lazio de Italia, tuvo una de esas jornadas para el olvido. Tras "comerse" el gol de Alexis cada pelota que le llegaba evidenciaba su falta de confianza. Y todo fue peor luego del tanto de Vidal.
Al final del partido, eso sí, el portero ni se arrugó para justificar su nefasta actuación: "La pelota era peor que la Jabulani, se movía para todos lados".
