La mano de Gallego ya se siente en Macul.
El MercurioSANTIAGO.- Desde que llegó Américo Rubén Gallego, en Colo Colo todos corren. Partiendo por los dirigentes que lo presentaron apenas pisó territorio nacional y que luego lograron cumplir una de sus primeras y más importantes peticiones: aplazar el duelo de este sábado ante Huachipato.
La suspensión del encuentro responde a que el estratega argentino desea planear con tiempo y calma su debut en la banca del Cacique en la Copa Libertadores ante Deportivo Táchira en Venezuela, por lo que solicitó a la dirigencia de Blanco & Negro hacer hasta lo imposible por conseguir correr el duelo ante los acereros.
Esto se debe a que los albos pretenden realizar este viernes un viaje directo, sin escalas, a tierras venezolanas. Si se llegaba a jugar el fin de semana, el vuelo se cambiaba para el domingo y con una detención en Lima. A Gallego esto no le gustó y luego de conversarlo con los regentes, éstos lo solicitaron a la ANFP, la que acogió la petición y reprogramaron el enfrentamiento.
Pero donde más se notó la mano del "Tolo" fue en el primer triunfo del cuadro albo en el Torneo de Apertura ante Palestino por 3-0. A pesar de que no estuvo sentado en la banca, el ex DT de Independiente realizó una fuerte y motivadora charla antes del partido donde les dijo, y tal como lo señaló Esteban Paredes, que "yo vengo a ganar, no a pasear", luego los visitó en el entretiempo y finalizado el cotejo bajó nuevamente a camarines para felicitar al plantel.
Los jugadores interpretaron a cabalidad las palabras del argentino y desarrollaron la mejor presentación en lo que va del año, corriendo todas las pelotas y mostrando un orden defensivo que había desparecido en la actual temporada.
Ya en la tarde del martes el entrenador trasandino había inspeccionado en persona las instalaciones de Macul, ocasión que aprovechó para conversar con los "cortados" Agustín Alayes y Sebastián Toro y lesionados del plantel, entre ellos Daud Gazale, que a esa hora practicaban. El resto del equipo se encontraba concentrado en el hotel a la espera del choque con los árabes.