TOKIO.- El temor a una nueva crisis bancaria se incrementó este jueves en Japón luego de una severa advertencia de la agencia de evaluación Fitch sobre la salud del sistema, pero las autoridades se mostraron optimistas y afirmaron que están dispuestas a intervenir.
Las acciones del sector sufrieron una fuerte sacudida tras la advertencia de Fitch de reducir la nota de solidez financiera de los 19 bancos japoneses más importantes.
La cotización del grupo japonés Mizuho Holdings, número uno mundial gracias al total de su balance, cayó 6,4%, y otros bancos, relativamente en buen estado, también registraron pérdidas, como Sakura y Sumitomo que perdieron respectivamente 4,17% y 4,96%.
La agencia Fitch se declaró muy preocupada por "el impacto de la caída de las cotizaciones bursátiles --el índice Nikkei alcanzó su nivel más bajo desde 1984-- y los problemas persistentes de la calidad de los activos de los bancos sobre la solidez de su balance, sus resultados y sus perspectivas".
Rumores sobre problemas en algunos bancos, en concreto el Daiwa Bank y el Chuo Mitsui Trust and Banking, circularon en los mercados, al ser consideradas estas entidades más frágiles que la competencia.
Un portavoz de Daiwa Bank rechazó enérgicamente estas especulaciones sobre la salud de Daiwa, al tacharlas de "sin fundamento", declaraciones que no impidieron que la acción cayera un 7,84%.
El ministro de los Servicios Financieros, Hakuo Yanagisawa, salió al paso para tratar de tranquilizar los ánimos, descartando la posibilidad de que vuelva a producirse una crisis como la del otoño (boreal) de 1998, que había obligado al Estado a prever 70.000 millardos de yen para recapitalizar los bancos.
"No es razonable que las preocupaciones por la salud de los bancos japoneses hayan desencadenado una oleada tan grande de venta de títulos en Japón y en Estados Unidos", explicó.
En Tokio, ningún analista prevé una crisis bancaria generalizada a corto plazo, aunque algunos no descartan una nacionalización o una fusión en casos difíciles como Daiwa Bank.
A largo plazo, en todo caso, las nubes seguirán acumulándose sobre el sector, subrayó JP Morgan en un estudio, ya que los bancos tendrán que contabilizar sus inversiones al valor del mercado a partir de abril y, tarde o temprano, tendrán que reembolsar los fondos recibidos del Estado.
"Existe una contradicción en el discurso oficial, ya que el Estado pide a los bancos que aceleren la eliminación de sus créditos dudosos, siendo consciente de que los bancos no generan ganancias suficientes", estimó el analista Naoto Odagiri.
Numerosos analistas esperan otra recapitalización del sistema. "Otra inyección de dinero público es inevitable", afirmó Kazumasa Ise, analista del Tsubasa Research Institute.