SANTIAGO.- Fitch Chile decidió dejar en observación al sector vitivinícola nacional, por los probables efectos negativos que tendría para la industria, la no suscripción del Acuerdo de Reconocimiento Mutuo de Prácticas Enológicas firmado recientemente por Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelandia.
El Gobierno de Chile no concurrió a la firma del convenio el pasado martes 10 de abril, ya que la iniciativa no contaba con la aprobación de la Cancillería y el Ministerio de Agricultura.
La reciente suscripción del acuerdo entre los países (denominados países productores del nuevo mundo) establece que si un vino producido por cualquiera de los suscriptores es apto para su consumo interno, podrá circular sin restricciones en los países adheridos al convenio, sin requerir certificaciones adicionales. Argentina, Sudáfrica y Chile tienen un plazo de 18 meses para integrarse a dicho convenio.
La no adhesión al acuerdo por parte de Chile incorpora un factor de riesgo para la industria nacional explicado por las posibles dificultades que podrían imponer los países suscriptores a los envíos nacionales y por la pérdida de oportunidades de crecimiento que ofrecen dichos mercados para la industria nacional, traduciéndose así en menores retornos para el sector.
Lo anterior se fundamenta en que dos de los países suscriptores del acuerdo, Estados Unidos y Canadá, representan cerca del 30% de los envíos totales del sector vitivinícola nacional. Por su parte, Estados Unidos es el cuarto productor de vinos a nivel mundial y como país de destino representa el 16% del comercio mundial, representando para la industria local el 21% de los envíos valorados.
Asimismo, el tamaño y relevancia del mercado norteamericano se fundamenta en que las ventas totales de vino alcanzaron a US$19 billones en el 2000, es decir un 40% superior a las exportaciones mundiales de vino.
Por otra parte, durante el año 2000 la industria nacional experimentó un crecimiento de las exportaciones de U$47 millones de los cuales el 45% de este aumento se explica por los mayores envíos a Estados Unidos y Canadá. Asimismo, considerando las proyecciones actuales, en el 2004 las exportaciones valoradas representarán cerca del 75% de las ventas totales de la industria vitivinícola nacional y sólo las exportaciones a Estados Unidos y Canadá representarán cerca del 35% de los envíos totales del sector.
Las razones para no firmar el acuerdo por parte de Chile se fundamentan en que esto podría derivar en la importación de vinos de menor calidad por los países suscriptores a la exigida en la industria local. Este argumento, si bien es válido desde un punto de vista local, pierde validez en la medida que una industria fundamenta su desarrollo futuro en las evolución de las exportaciones.
También la pérdida probable para el sector originada de la no suscripción del acuerdo, será indudablemente superior a la que se generaría con la adopción de este, considerando la importancia relativa del sector exportador por sobre el mercado interno.
El futuro desempeño de la industria vitivinícola nacional radicará en la evolución que experimente el sector exportador. Para esto se hace necesario que Chile no se margine de los acuerdos internacionales que buscan fomentar el libre comercio y aprovechar sus ventajas comparativas, necesarias para el crecimiento del sector.