BRASILIA.- El Gobierno brasileño retirará una parte del crédito concedido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), unos 2.000 millones de dólares, para equilibrar su balanza de pagos y aliviar la presión del dólar en el mercado de cambio, dijo hoy el presidente del Banco Central, Arminio Fraga.
"Decidimos sacar los 2.000 millones de dólares a que tenemos derecho", dijo Fraga en una rueda prensa en la que explicó las medidas que está tomando el emisor para evitar que las recientes subidas del dólar provoquen un aumento descontrolado de la inflación.
Según Fraga, los 2.000 millones de dólares que Brasil tomará y otros 1.800 millones de dólares más que Brasil tenía reservados para abonar parte del préstamo multilateral de 41.500 millones de dólares obtenido en 1998, se incorporarán a las reservas internacionales, que serán reforzadas este año en 10.800 millones de dólares.
El resto del dinero, 7.000 millones de dólares, se obtendrá con las captaciones adicionales que el Gobierno tiene previsto hacer en el mercado exterior, agregó.
"Nuestra intención es irrigar el mercado y suministrar nuevas reservas", dijo Fraga, quien reiteró el compromiso del Banco Central con la meta de inflación del 4,0 por ciento prevista para este año.
Por esa misma razón el emisor aprobó anoche un aumento de 1,5 puntos porcentuales en los tipos básicos de interés, que desde hoy son del 18,25 por ciento al año.
"La política monetaria está comprometida con el objetivo de alcanzar la meta de inflación, cuya trayectoria está siendo perjudicada por cuestiones coyunturales", expresó el presidente del emisor.
Añadió que la metas de inflación fijadas para este año y para el 2002 serán mantenidas y que en breve se decidirá la del 2003.
Explicó además que para cumplir sus compromisos, el Tesoro Nacional utilizará el dinero de la balanza de pagos ahora reforzada, y no hará más captaciones de dólar en el mercado interno, medida que busca reducir la demanda de moneda fuerte en el país.
"Tenemos confianza en que esta fase transitoria va a pasar", dijo Fraga, y agregó que "no hay razones para temer el futuro".
Las declaraciones del presidente del Banco Central causaron impacto inmediato en el mercado cambiario, donde el dólar comercial bajó el 2,96 por ciento con respecto al cierre del miércoles y pasó a ser negociado a 2,393 reales, su cotización más baja en las dos última semanas.
El drástico aumento de los intereses sorprendió al mercado, que esperaba un aumento de un punto porcentual como máximo, y algunos sectores expresaron su temor a que la medida provoque una recesión en una economía que ya sufre los efectos de la crisis energética.
"No dudo de que ese aumento provocará una profunda recesión. Los despidos en las empresas serán acelerados y el costo del dinero se disparará", dijo el presidente de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo, Horacio Lafer Piva.