WASHINGTON.- El secretario de Comercio, Don Evans, informó el miércoles que la prioridad del Presidente George W. Bush al reanudarse las sesiones legislativas la próxima semana será la obtención de la autoridad para promover a través del libre comercio la recuperación económica no sólo de las Américas sino del mundo.
Dentro de los objetivos comerciales figura el inicio de conversaciones con Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, los países del Mercosur que junto con Estados Unidos forman el llamado G-41 y se comprometieron a iniciar negociaciones como parte del acuerdo financiero de la semana pasada entre el Fondo Monetario Internacional y Argentina.
Evans recordó que la política de Bush es ir más allá de los grupos subregionales como el Mercosur, la Comunidad Andina de Naciones o la Comunidad del Caribe para abordar el continente como un todo a través del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
"Nuestro interés en Sudamérica es parte de nuestro interés en todo el hemisferio occidental", dijo. "El hemisferio occidental es la prioridad de la política exterior del presidente Bush".
Evans habló en una rueda de prensa en el Departamento de Comercio luego de difundir la cifra revisada del crecimiento del producto bruto interno en el segundo trimestre.
Bush ha encontrado una fuerte oposición demócrata y de algunos miembros del ala liberal de su partido, el Republicano, a su petición de la autoridad promotora del comercio, conocida como vía rápida o "fast track". Con esa autoridad, Bush negociaría acuerdos que deben ser aprobados o rechazados por el Congreso pero no enmendados.
Los que se oponen sostienen que el libre comercio elimina empleos al llevar las fábricas a mercados de mano de obra barata, y no contempla protecciones laborales ni ambientales. Importantes legisladores demócratas, que ahora controlan el Senado, han dicho que no tienen prisa para complacer a Bush.
"Vamos a pasar gran parte de lo que queda del año en gestiones ante el Congreso para obtener la autoridad promotora del comercio", dijo Evans. "La reactivación económica es para nosotros no sólo una meta regional sino también global".
Los mercados abiertos significan más y mejores empleos para los trabajadores y nuevas oportunidades para el crecimiento empresarial en Estados Unidos, dijo.
En 1970, el comercio exterior internacional representaba el 10% del PBI estadounidense. En el 2000, es más del 25%.