BUENOS AIRES.- Los bonos argentinos se derrumbaban el lunes ante la incertidumbre de los inversores por un paquete de medidas que planea lanzar el Presidente Fernando de la Rúa, y que busca reactivar la economía y evitar que el país caiga en una cesación de pagos.
A las 12:30 GMT, el bono referencial de la deuda argentina -el Global 2008- caía 5,56 por ciento a 50,875 dólares, mientras que el riesgo país de la tercera economía latinoamericana -medido en términos del EMBI+ de J.P. Morgan- subía 68 puntos básicos y volvía a superar levemente la barrera de los 1.900 puntos básicos.
Este nivel supera en casi 300 puntos al riesgo país de Ecuador, un país que se declaró abiertamente en moratoria.
"El plan ya está listo y tiene consenso interno, pero antes de anunciarlo hace falta cerrar algunos acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y los bancos", dijo el domingo por la noche a periodistas el ministro de Economía, Domingo Cavallo.
El paquete de medidas, que iba a ser originalmente anunciado el domingo, incluye una reestructuración voluntaria de parte de la deuda doméstica en manos de bancos y fondos de pensión locales.
Aunque desde hace semanas que negocia infructuosamente con las entidades, el Ministerio de Economía relanzó el viernes su proyecto para canjear títulos que devengan altas tasas interés por otros más baratos en medio de una profundización de la crisis política que azota el gobierno y que puso en duda la continuidad de Cavallo en el gabinete.
"Buscamos que baje la tasa de interés y el costo de la deuda provincial y la pública", explicó el ministro.
Argentina destina unos 10.000 millones de dólares anuales, 20 por ciento de su presupuesto nacional, sólo a atender los vencimientos de intereses de su abultada deuda pública de 132.100 millones de dólares y que mantiene contra las cuerdas a una economía que no crece desde 1998.
"Los comentarios de Cavallo están poniendo a la gente (por los inversores) nerviosa, aunque no creo que esté diciendo mucho más de lo que dijo antes", explicó un operador de mercados emergentes en Londres.
El canje de deuda doméstica debe complementarse con un rescate de títulos en los mercados internacionales, para lo que el gobierno necesita apoyo de organismos multilaterales para poder financiar la operación.
Hasta ahora sólo obtuvo el respaldo del FMI, que aprobó desembolsar 3.000 millones de dólares para que Argentina realice la reestructuración voluntaria.
Una misión del organismo llegó este lunes a Buenos Aires para supervisar el cumplimiento de unas metas fiscales dentro de un acuerdo crediticio con el país. El proyecto para reestructurar parte de la deuda argentina estará también en la mesa de discusión.
Otra medida que debería ser anunciada por el gobierno es la firma de un nuevo pacto fiscal con la provincias para que acepten recibir menos fondos de los que está obligado a girarles el Estado nacional a cambio de ayudarlas a refinanciar deudas con bancos.
El fisco necesita con urgencia ahorrar todos los fondos posibles para enfrentar vencimientos de deuda -en noviembre llegan a 1.113 millones en capital- y no tener que volver a reducir salarios de empleados públicos y pensiones como lo viene haciendo desde julio, cuando el gobierno se comprometió a llevar a cero su déficit fiscal.
El viernes, ante un fracaso de las negociaciones con las provincias, Cavallo anunció que el Ministerio de Economía recortará unilateralmente los envíos de fondos, en un abierto desafío a los poderosos gobernadores provinciales, mayoritariamente del opositor peronismo.
La afrenta del ministro puso en duda su continuidad dentro del gabinete, pero De la Rúa salió finalmente a respaldarlo aunque lo desautorizó al afirmar que él en persona encabezaría de ahora en mas las conversaciones con los gobernadores.
De la Rúa anunció el domingo por la noche algunos cambios en su gabinete de ministros, que buscan oxigenar a un gobierno con una popularidad por el piso y que fue humillado por el peronismo en unas recientes elecciones legislativas.
Los cambios incluyen la creación del Ministerio de Turismo, Cultura y Deportes y otro de Seguridad Social, que tendrá a su cargo los fondos destinados a luchar contra la pobreza en un país donde 12 millones de personas vive en la miseria.