BUENOS AIRES.- El Gobierno anunció oficialmente que queda sin efecto la autorización para extraer hasta 500 dólares mensuales de las cajas de ahorro y cuentas corrientes. Y dijo que ese monto podrá ser retirado en su equivalente pesos, al tipo de cambio oficial de $ 1,40 por dólar.
Aunque la resolución del Banco Central (BCRA) no había sido dada a conocer hasta anoche, en rigor de verdad las entidades bancarias venían impidiendo el retiro de la divisa norteamericana desde anteayer, según denunciaron numerosos ahorristas.
“Los bancos no tienen los dólares”, fue la lisa y llana explicación del viceministro de Economía, Jorge Todesca, cuando contestó por qué había sido tomada esa medida.
De este modo, el Gobierno incumple en parte la promesa que a horas de asumir hizo el Presidente Eduardo Duhalde, cuando dijo que los depósitos se podrían retirar en la misma moneda en la que habían sido efectuados.
Entre tanto, hoy finalmente podría ser el día elegido para que se anuncie una serie de medidas que tienden a flexibilizar el corralito bancario, que ahora quedaría en un escalón intermedio entre el de Domingo Cavallo y el que rige hoy, más duro aún, dispuesto por la gestión Duhalde.
Anoche, el equipo económico analizaba cómo distender el rígido cerco que impide la salida del dinero, con el temor cierto de que una amplia flexibilización dispare el precio del dólar libre, que ayer cerró a 1,75 pesos para la compra y $ 1,95 para la venta.
Según fuentes de Economía, en diciembre, y cuando ya regía el cerrojo bancario, salieron de las entidades 3000 millones de pesos. Y esto es lo que el Palacio de Hacienda y el Banco Central buscan por todos los medios impedir que se repita.
Ayer, en repetidas declaraciones radiales durante la mañana, Todesca, dijo desconocer cuándo se realizarían los anuncios. "La liberación de liquidez que no tiene como contrapartida la liquidez de los bancos es un artificio similar al de la emisión monetaria.
La mayor preocupación es el impacto de esa liquidez en la economía, porque tenemos que ver cómo se comporta el mercado de cambios", dijo.
Aunque las idas y venidas se tornaron una constante en las decisiones económicas del gobierno de Duhalde, hasta anoche lo que se mantenía firme con respecto a la flexibilización bancaria era lo siguiente:
La posibilidad de que quienes cuentan con plazos fijos puedan transferir hasta 10% del monto depositado a cajas de ahorro o cuentas corrientes.
Si el plazo fijo estaba en dólares, el titular del mismo tendría la opción de pasarlo a pesos (a la paridad oficial, US$ 1 = $1,40) para poder disponer de una porción del dinero. Si prefiere conservar los dólares, los recuperará según el cronograma oficial conocido.
Se permitiría que ese dinero pueda ser utilizado por el depositante siempre y cuando no se retiren los fondos del sistema. Esto es, mediante la utilización de cheques, tarjetas de débito o transferencias.
También se autorizaría a que los deudores del sistema financiero que poseen créditos que no fueron pesificados utilicen los dólares que tienen inmovilizados en el banco para pagar esos préstamos.
Se podrán hacer transferencias entre entidades
El límite de extracción de efectivo continuará clavado en 1500 pesos por mes para las cuentas salariales y en 1200 pesos para las cuentas corrientes de los autónomos. Con estas disposiciones el Gobierno busca insuflar movimiento a la estática economía.
Ayer, durante más de seis horas, incluida la reunión de Gabinete, el titular de Economía; el secretario de Finanzas, Lisandro Barry y Todesca debatieron las distintas posibilidades con Duhalde. Pero de ese encuentro no quisieron dar a conocer novedades.
De todos modos, al cierre de esa edición, y después de una extensa reunión con senadores oficialistas y de la oposición, el viceministro aseguró que "antes del fin de semana" se anunciarían las modificaciones.
Los ojos externos
Todo esto, es visto con preocupación desde el exterior. Sobre todo por la falta de decisiones sobre temas que consideran claves como el presupuesto 2002, una política monetaria coherente y más aun, conducta fiscal.
“El tipo de cambio no es lo único que importa, porque tiene que estar apoyado con políticas monetarias y fiscales consistentes que aún no se ven. Eso puede desencadenar en una enorme devaluación”, dijo desde Nueva York un analista de Standard and Poor´s. Aunque señaló que la experiencia de Brasil (devaluó en 1999 el real) tomarse como ejemplo, dijo que entre ambos casos hay una diferencia sustancial y de excesiva trascendencia: la independencia del Banco Central.
"Si la Argentina va a ir a la libre flotación del peso es fundamental que se tenga claro el rol del BCRA. En estos momentos se está discutiendo su carta orgánica y no está claro qué se quiere hacer. En ese contexto no es conveniente flotar el peso", opinó.
